De Kiko Rivera, el hijo de Isabel Pantoja, se pueden decir muchas cosas. Desde su ocupación como cantante, dj o concursante de realities, pasando por sus confesiones sobre una vida de excesos, las relaciones familiares o incluso el haber participado en una de las entregas de Torrente. Un currículum muy variado y que permite muchas interpretaciones, pero al que tenemos que añadir una nueva habilidad (con poca destreza, eso sí): la de ser omnipresente.

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Telecinco

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Cuatro

¿Quién le ha otorgado este don? Pues Paolo Vasile y Mediaset, que ayer le hacían desfilar haciéndose la competencia en "GH Dúo" y "Bake Off". Mientras que Rivera recibía en directo a su amigo Antonio Tejado en la casa de Guadalix, que lo defendía de cara a la gran final del concurso, se le podía ver simultáneamente en Cuatro, en el talent de repostería presentado por Jesús Vázquez. Ya sabíamos que el programa estaba enlatadísimo, pero el episodio de la noche del domingo daba vergüenza ajena. Y no sólo por la falta de habilidades de Rivera en la cocina.

El programa Bake Off no estaba funcionando mal del todo para Cuatro, aunque ha ido saltando de día y de hora por la parrilla de la cadena. Especialmente significativos sus últimos cambios, poniéndolo los domingos para no competir con Masterchef, primero, y modificando su horario después para no encontrarse con Salvados y Jordi Évole. Esta es la razón principal para el desbarajuste de ver en Kiko en las dos cadenas hermanas y en la misma franja horaria. El resultado, un pobre 5'1% de audiencia, haciendo bajar también a uno de los grandes activos de la cadena como es Cuarto Milenio, que no llegó al 10%. Tampoco es que ayudara mucho el planteamiento con lo que se introdujo a Rivera, haciendo un show bastante pobre mientras intentaba ayudar a los concursantes (que nadie lo quería a su lado, por cierto) a preparar una hamburguesa al tiempo que tarareaba sus hits, como Mentirosa. Una mentira, sí, especialmente televisiva, y que hizo las delicias de los haters de la red.