El mundo de los Ortega Mohedano vuelve a temblar. El pasado 7 de julio se confirmó la noticia que nadie quería escuchar: Michu, expareja de José Fernando Ortega Mohedano y madre de su hija Rocío, falleció repentinamente a los 33 años. Aunque las causas aún se investigan, todo apunta a una complicación cardíaca derivada de la enfermedad congénita que padecía desde su adolescencia.
Pero si la muerte de Michu ha causado estupor en el entorno mediático, dentro del núcleo familiar ha desatado un verdadero estado de alerta emocional. Una fuente muy cercana ha declarado con preocupación: “Tememos que José Fernando haga una locura”. Está destrozado. La muerte de Michu lo ha golpeado con una fuerza que ni él ni nadie esperaba. El joven, con un historial de adicciones, problemas psiquiátricos y causas judiciales a cuestas, habría entrado en una fase de profunda tristeza y vulnerabilidad que preocupa mucho a su familia.
La familia Ortega se moviliza: protección total para José Fernando
Ante la delicada situación, Gloria Camila y José Ortega Cano han decidido tomar cartas en el asunto de inmediato. Según ha trascendido, ambos se desplazaron rápidamente para acompañar a José Fernando y evitar que pueda sufrir una recaída que tuviera consecuencias graves. Una fuente cercana a la familia confirma que lo han llevado a un lugar seguro, donde pueda estar tranquilo y alejado de cualquier presión mediática o influencia autodestructiva.
El historial de José Fernando es, cuanto menos, preocupante. Tras la muerte de su madre, Rocío Jurado, su vida entró en una espiral que lo llevó a las drogas, la violencia y múltiples episodios judiciales, incluido un proceso por presunta estafa relacionada con la venta de vehículos. Además, su paso por el centro psiquiátrico San Juan de Dios en Ciempozuelos desde 2017 ha sido prolongado y, hasta ahora, parecía haber estabilizado su situación. Pero la muerte de Michu ha removido heridas profundas.
Una relación tormentosa marcada por la tragedia y los desencuentros familiares
Michu y José Fernando comenzaron su historia de amor en 2017, una relación que siempre estuvo marcada por los altibajos, los reproches y la falta de apoyo del entorno. Especialmente conflictiva fue su relación con Gloria Camila, a quien Michu tildó de “clasista” y de haberle dado la espalda en sus momentos más críticos. Sin embargo, en los últimos meses, las dos mujeres habían limado asperezas por el bienestar de la pequeña Rocío, dejando constancia de ello en sus redes sociales con emotivos mensajes.
En contraste, Michu sí encontró un inesperado aliado en su exsuegro. José Ortega Cano siempre mostró afecto por la gaditana, incluso a espaldas de su entorno familiar. “José es tan bueno… Muchas veces me tiene que hablar a escondidas, tiene detalles con mi hija y conmigo que no han visto ni Ana María ni Gloria Camila para no tener que darles explicaciones”, confesó Michu en 2020. Este vínculo especial agrava aún más el dolor del torero, que no logra entender la pérdida repentina de una joven que, pese a las polémicas, dejó una huella imborrable en la familia.
A esta tragedia se suma una preocupación mayor: el futuro de Rocío, la hija que Michu tuvo con José Fernando. La pequeña, de apenas ocho años, ha quedado huérfana de madre y con un padre cuya estabilidad pende de un hilo. Por ello, Gloria Camila habría asumido un rol clave, decidida a proteger a su sobrina y garantizar su bienestar en estos momentos de absoluta confusión.