En un mundo donde la riqueza se mide por coches de lujo, mansiones y relojes de colección, José Elías, considerado el 32º hombre más rico de España, ofrece una perspectiva inesperada y profunda. En una conversación con el dueño de McLaren Iberia, confesó que su hijo le preguntó qué compraría que le hiciera verdadera ilusión, y la respuesta del empresario dejó perplejos a quienes la escucharon. Y es que, más allá de ser un empresario destacado, propietario de Audax Renovables y accionista en cadenas como La Sirena, este millonario catalán no solo representa un modelo de éxito financiero, sino alguien también que ha aprendido a desvincularse del apego a lo material.

La vida de José Elías no siempre estuvo rodeada de lujos. Hijo de un electricista, decidió seguir los pasos familiares, aunque con un giro: se graduó como ingeniero eléctrico y fundó su propia empresa. Todo parecía ir viento en popa hasta que la crisis del 2008 golpeó con fuerza, arrasando con clientes, liquidez y sueños. Llegó a perder tres millones de euros en una sola semana y se vio obligado a entregar sus propiedades y los pocos recursos económicos que le quedaban para cumplir con las obligaciones hacia sus proveedores.

Cómo José Elías pasó de perderlo todo a construir un imperio empresarial

Lo que para cualquiera habría sido una catástrofe definitiva, para Elías se transformó en la chispa de un renacer. Con los últimos 3.000 euros en su cuenta, fundó una pequeña compañía eléctrica que, en menos de tres años, ya era una potencia en crecimiento. Diez años después, se había convertido en una multinacional con presencia internacional. El propio empresario reconoce que aquel cliente que lo arruinó fue, en realidad, su “mayor benefactor”. Sin esa caída monumental, jamás habría replanteado su modelo de negocio, ni descubierto la importancia de diversificar y crear proyectos resistentes a las crisis. Hoy, su nombre está asociado a innovación y visión empresarial, pero él insiste en que la clave estuvo en la resiliencia y en aprender a transformar cada golpe en una oportunidad.

“Nada me hace ilusión”: la sorprendente filosofía de José Elías

Pero este giro en su vida también transformó profundamente su visión sobre el auténtico valor de las cosas. En una entrevista reciente, Elías dejó a todos boquiabiertos cuando relató la pregunta que le hizo su hijo: “Papá, ¿qué te comprarías ahora que te hiciera ilusión?”. Su respuesta fue tajante: “Nada. No tengo nada físico que me hiciera ilusión”. Para alguien que ya ha tenido Ferraris, casas y toda clase de bienes, el valor de la vida se mide ahora en experiencias y no en objetos.

José Elías

El empresario catalán asegura que conducir un superdeportivo o comprar un nuevo coche de lujo puede resultar emocionante al principio, pero esa sensación desaparece pronto. Según sus propias palabras, lo que realmente lo llena es la conversación, la experiencia compartida y la capacidad de crear proyectos que cambien realidades. Así que, lejos de encasillarse en el estereotipo del magnate ostentoso, José Elías asegura que hoy su negocio no consiste en vender productos, sino en vender experiencias memorables. Desde su participación en proyectos de coches de alta  gama hasta sus inversiones en energías renovables, todo lo orienta a generar un valor añadido que vaya más allá de lo tangible.