Jordi Basté ha dormido poco esta noche. No hay que ser un adivino para darse cuenta de ello. Sólo había que escucharlo a primera hora de la mañana al frente de El món a RAC1. El partido frenético del Barça, con gol en el último segundo, con prórroga, con victoria final y con la adrenalina que soltamos todos los culés hacía imposible poder dormir. Imaginen si, como él, se tenían que levantar a las 4 de la mañana.

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Jordi Basté (RAC1)

Pero que Basté no duerma no significa que no tenga las ideas muy claras y que a pesar de la voz rugosa y todavía atrapada en la almohada, se le haya entendido todo. Porque el periodista catalán ha verbalizado una de las galletas con la mano abierta más implacables que se le recuerdan. ¿Sobre quién? Sobre la Fiscalía de Madrid. Su editorial de este jueves, es oro puro. Ha dicho a las cosas por su nombre después de que se archivaran las diligencias abiertas por el famoso chat de watsapp de exmilitares amenazando con fusilar a 26 millones "de hijos de puta", al entender que no son constitutivos de un delito de odio. Dicen que es un chat privado donde "se exponían sus opiniones con libertad de expresión y con la confianza en estar entre amigos"...

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(Efe)

"Un chat que se hace público, ¿es público o es privado"?, se pregunta Basté en voz alta. Y sigue, tirando de sarcasmo: "Un grupo de watsapp es evidentemente privado... si es el nuestro. En cambio, no lo es si es de alguien que no nos gusta. Y eso no puede ser, porque entonces no es igualitario, y es un peligro para la democracia hacer justicia dependiendo del ángulo de visión que tenemos. Y es aquí donde la Fiscalía entre a menudo en contradicción". Dice Basté, con toda la razón del mundo, que "siempre  cae la justicia por el mismo lado", y pone en la ecuación a Pablo Hasél.

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Pablo Hasel (ACN)

"Si la Fiscalía hace de crítico musical valorando las canciones de Pablo Hasel, tiene que hacer un consejo de guerra para analizar los mensajes de los mandos militares". Pam. En toda la boca. No se puede resumir mejor. Y remacha el clavo: "Si pensamos que ni Hasél pondría una bomba en el coche del socialista Patxi López y que los militares no fusilarían a todos los demócratas, también tenemos que pensar que uno está en la prisión y los otros, en libertad".