El Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha lanzado una advertencia contundente: Barcelona podría ser hasta 4 °C más cálida en el año 2100 si no se reducen de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero. El estudio, publicado en el Journal of Geophysical Research – Atmospheres, pinta un futuro donde las olas de calor serán más intensas, largas y frecuentes.
Las temperaturas máximas podrían aumentar de media 4 °C, y las mínimas, 3,5 °C. En condiciones extremas, los valores podrían llegar a 6 °C más que los actuales. Esto significaría ver más de 45 °C en las zonas urbanas del interior del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y más de 42 °C en el centro de la ciudad. En la costa, las noches ya no bajarían de 32 °C, lo que supondría un calor nocturno insoportable y un riesgo añadido para la salud.

El futuro climático de Barcelona depende de las decisiones de hoy
El estudio, liderado por Sergi Ventura, combina la técnica de Pseudo Calentamiento Global (PGW) con un modelo meteorológico urbano de alta resolución. Gracias a este enfoque, los investigadores han podido simular cómo se comportarían las olas de calor actuales bajo las condiciones climáticas del futuro. Los resultados son alarmantes: el efecto de isla de calor urbana se intensificará, la humedad relativa caerá y las brisas marinas se debilitarán.
La reducción de la humedad también será notable. Se espera una disminución del 6 % en los valores máximos y del 5,3 % en los mínimos, con picos de hasta el 16 % en zonas como el Garraf. Esto se debe a cambios en la circulación del aire y a un Mediterráneo cada vez más cálido.

La mortalidad aumenta en un 27% en las últimas olas de calor
Además, el aumento del geopotencial —hasta 100 metros más a 500 hPa— indica una atmósfera más estable y propensa a olas de calor persistentes. “Nuestro estudio muestra cómo el cambio climático amplificará las condiciones extremas en las ciudades, donde ya vive más de la mitad de la población mundial”, apunta Ventura.
El Área Metropolitana de Barcelona, con más de 3,3 millones de habitantes, ya muestra una vulnerabilidad creciente. Durante las últimas olas de calor, la mortalidad aumentó hasta un 27 %.
El estudio refuerza la necesidad urgente de planes de adaptación climática, como el Plan Clima de Barcelona, que busca reducir las emisiones un 40 % para 2030, ampliar las zonas verdes y apostar por el transporte público.