La gala final de Operación Triunfo abría con Mi gran noche de Raphael. Un título que fue el preludio de la victoria de Amaia y de los grandes datos de audiencia del programa, que rozó los cuatro millones de espectadores por todo el estado con un 30,8% de cuota de pantalla. Una excelente cifra.

Quien no tuvo su gran noche, sin embargo, fueron los técnicos de sonido y, por consiguiente, David Bisbal, el invitado estrella que tenía que cerrar la gran final. Durante los últimos minutos ya hubo interrupciones constantes por micrófonos que no funcionaban e interferencias de sonido que parecían intergalácticas por el desagradable audio que llegaba a casa de los telespectadores.

Todo esto obligó a Roberto Leal a improvisar sobre la marcha. El presentador salvó la pelota de partido como pudo: alargando las entrevistas con preguntas intransigentes y ofreciendo el micrófono de su solapa para que pudieran hablar los concursantes. Una imagen dantesca

La traca final llegó en los instantes decisivos de la noche. Estaba prevista la esperada actuación de David Bisbal, que no pudo acudir a la gala especial de Navidad donde los actuales participantes cantaron con los de la primera edición, antes de decir el nombre de la ganadora. Un problema inesperado con la tabla de sonido retrasó su salida a plató y Roberto Leal anunció que Amaia se llevaba los 100.000€. Posteriormente, sí que salió el cantante de Almería, que se lamentó de los contratiempos técnicos y pudo medio salvar la situación con un canto a capela.

Estos errores técnicos no pasaron desapercibidas por la audiencia, que aprovecharon la ocasión para convertir una situación desafortunada en una avalancha de memes. ¿Adivináis quién fue la protagonista? La gente es muy mal pensada...

Con todo, OT tuvo un final de lo más accidentado. A pesar de eso, los problemas no impidieron el triunfo de la última gala.