La nueva normalidad es un término muy manido. También tramposo. De nueva tiene bien poco, porque los seres humanos somos incorregibles: repetimos los errores previos a la pandemia e incluso estrenamos alguno nuevo. Sí, todo el mundo tenía ganas de salir de casa, de abrazar a los suyos, de divertirse e ir a restaurantes, fiestas y similares. Pero vaya: por una parte, todos conocemos a personas que no se han privado de nada durante las fases más duras del estado de alarma. Y por la otra, la energía desatada al recuperar hábitos previos al 14 de marzo de 2020 parece excesiva. Cuando menos, la de todos aquellos que dedican su tiempo a fastidiar al resto pasándose las normas más básicas de la convivencia por el arco de triunfo. Un sindiós, vaya. La nueva-vieja anormalidad ataca de nuevo.

botellón playa barcelona coronavirus guardia urbana - acn

botellón en la playa de la Barceloneta durante la pandemia / ACN

Este podría ser el resumen del tuit de un profesionales de TV3 de gran prestigio: el periodista y excorresponsal de la sección Internacional, Nicolás Valle. Un hombre que ha estado en guerras, conflictos y situaciones dramáticas por todo el mundo, pero que no deja de sorprenderse con los actos de nula convivencia cotidiana que tienen lugar en su casa. Y el coronavirus le ha ofrecido un montón de absurdos con los que explayarse. También en sus (esperemos) últimos coletazos. Atención a la lista de episodios incómodos, reprobables y desagradables que le han pasado por delante de la cara al estrenar la semana y el mes de junio, mientras paseaba con su hija: "Intento de robo de cartera (abortado) en el autobús. Robo de teléfono en la calle (recuperado). Y pareja copulando en el ascensor (interruptus)". No está nada mal para un lunes. Se entiende su estupefacción. Sus seguidores le hacen el juego con más ironías, intentando reconfortarlo.

tuit Nicolás Valle nueva normalidad

Nicolás Valle trinchera Afganistàn TV3

Nicolás Valle en una trinchera en Afganistán / TV3

tuits valle

tuits valle 2

reacciones a tuit de Nicolás Valle

"Saldremos mejores", repetían machaconamente. Todavía no hemos ni salido y de 'mejores', nada de nada. Sólo más alterados, y punto.