Sí o sí, el próximo año habrá festival. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha ratificado Róterdam como sede de Eurovisión 2021. La organización que reúne a las radiotelevisiones públicas del continente ha confirmado que el siguiente certamen se verá condicionado por la crisis sanitaria del coronavirus afectando a su tradicional formato. De hecho, la red europea trabaja con la emisora neerlandesa NPO en varias alternativas para asegurar la continuidad de la competición.

Antes de ceder el cargo en las últimas semanas, el responsable de la cita musical, Jon Ola Sand, advertía que las consecuencias derivadas de la epidemia podrían dificultar la celebración de las futuras ediciones y que había que encontrar una solución por el futuro del campeonato. Ahora, su sucesor, Martin Österdahl, se ha comprometido a encontrar una vía para hacer volver la fiesta, replicando a su predecesor: “Estamos preparados para llevar a cabo la superproducción europea”.

Ante la incertidumbre de la Covid-19, el espectáculo podría mutar (temporalmente) en un concurso deslocalizado con conexiones vía satélite con los países participantes. Así, cada televisión se encargaría de grabar su propia actuación bajo unas normas mínimas y máximas para no romper la igualdad de condiciones entre los competidores. En caso de haber una vacuna contra el virus o conseguir controlar la pandemia, la velada se haría con público limitado en el Ahoy Arena.

En este sentido, Eurovisión Junior será el banco de pruebas de la versión sénior. Polonia acogerá el 29 de noviembre la edición infantil en los estudios de la corporación TVP en Varsovia, previsiblemente, a puerta cerrada o, en el mejor de los casos, con pocos espectadores respetando la distancia social. Con el triunfo de Viki Gabor en Gliwice (Silesia), por segundo año consecutivo, la gresca para los pequeños tendrá lugar en el país centroeuropeo bajo el lema Movamos el mundo.

El acuerdo para “salvar” Eurovisión de la situación global actual se ha materializado en el programa alternativo que lo ha sustituido este año, Europa enciende una luz. El especial, que tenía que unir a los pueblos europeos a través de la música, no ha sido bien recibido, ni por los eurofans ni por los no tan aficionados. Apenas, la audiencia ha alcanzado el millón de personas en España (200 mil en Catalunya), la cual ha girado la espalda a una emisión carente de originalidad y ritmo.