‘MasterChef’ vivió una noche intensa de emociones. El programa afrontó su séptima semana de competición con la famosa repesca. Todos los espectadores estaban expectantes al momento para ver por fin si Patricia Conde sería la aspirante que volvería a las cocinas después de su injusta expulsión en el cuarto programa.

El talent show culinario ha recibido multitud de críticas en esta edición, una de ellas por su extensa duración, algo a lo que RTVE ya le ha dado solución de cara a la próxima temporada y ha tranquilizado los ánimos. A partir de 2023, por el momento solo la edición de anónimos, ‘MasterChef’ se emitirá dos días a la semana para reducir su duración y contará con 32 concursantes en vez de 16.

MasterChef recupera a Patricia Conde 

Sin embargo, la mayor crítica al concurso de cocina fue por la expulsión de Patricia Conde, algo que los espectadores tacharon de “tongo”. La primera prueba de la noche partía divertida. Los concursantes tenían que elaborar un plato con dos alimentos de los más variopintos. Era difícil que casase uno con otro, por este motivo les adjudicaron la receta, pero también a sus dos fans de sus compañeros. Lorena Castell y Daniela Santiago replicaron los platos casi a la perfección. De hecho, la última se llevó el premio de 4.000 euros para donarlo a una ONG.

Para la prueba de exteriores, los concursante se desplazaron hasta el Real Monasterio de Santa María de El Paular en Rascafría dentro del Parque Natural de Guadarrama, uno de los enclaves más bonitos de la Comunidad de Madrid. Allí se encontraron con los exconcursantes. Éstos lucharon por separado para conseguir una segunda oportunidad.

La tortilla de patatas de Patricia Conde se llevó finalmente la victoria. “Estoy encantada de estar aquí”, reconocía la humorista y presentadora. Volvió a las cocinas en la calidad de concursante en pleno derecho, además salvada. Quiénes no salieron tan bien parados fueron los integrantes del equipo azul, liderado por Lorena Castell.

Pepe Barroso, Nico Abad, Lorena Castell y María Zurita se enfrentaron a la prueba de eliminación. Cada uno de ellos tenía que elegir entre cuatro ingredientes: garbanzos, lentejas, zanahorias y acelgas. Y a partir de éstos elaborar dos platos, uno de cocina tradicional y otro de cocina de vanguardia.

María Zurita era quien quedó por debajo de sus compañeros al no aplicar ninguna técnica. La madrileña no entendió bien la prueba y tropezó. “Son dos platos de la misma época, eso no es vanguardia”, defendía Samantha. “Luces y sombras María”, le advertía Pepe. “No he entendido que no era obligatorio”, reconoció María con rabia y al borde del llanto.

“Qué pena, no he entendido la prueba”, reconocía María Zurita. “Este programa tiene eso que metes la pata en una cosa tan básica y te vas. Me habían dicho que era duro pero no tan duro. Ha sido mucho trabajo y me siento muy orgullosa”, afirmaba la concursante.