El apellido Trump vuelve a estar en el centro del cotilleo internacional, y esta vez no es por política ni negocios. Donald Trump Jr. arrastra un historial sentimental que ahora regresa con fuerza, justo cuando su nombre vuelve a sonar por compromisos, alfombras rojas y fotos perfectamente calculadas. Pero bajo esa imagen de heredero impecable, hay episodios que nunca terminaron de cerrarse.
Porque mientras su padre anunciaba con orgullo nuevos planes familiares y celebraba compromisos en recepciones navideñas, el pasado de su primogénito reaparece con fuerza. Y no es precisamente un pasado discreto. Las relaciones cruzadas, los romances simultáneos y las traiciones a destiempo forman parte de una historia que, vista en conjunto, parece escrita por un guionista sin frenos.
Un matrimonio formal y una doble vida silenciosa
Durante años, Donald Trump Jr. mantuvo la imagen de hombre de familia junto a Vanessa Haydon. Trece años de matrimonio, cinco hijos y apariciones públicas medidas al milímetro. Sin embargo, entre bambalinas, la historia era mucho menos idílica. Fue en uno de los momentos más delicados, con su esposa embarazada, cuando estalló la bomba: una relación extramatrimonial que nadie esperaba, pero que otros ya sospechaban.
El affaire no ocurrió en una fiesta privada ni en un hotel de lujo, sino en un entorno aún más explosivo: la televisión. Allí conoció a Aubrey O’Day, cantante, celebrity y rostro habitual de realities. El flechazo fue inmediato y, según se supo después, sostenido en el tiempo. Correos comprometedores, mensajes imposibles de justificar y una traición que dejó huella.
Del plató al escándalo internacional
El romance salió a la luz y sacudió a la familia Trump. Hubo intentos de apagar el incendio, mediaciones familiares y una reconciliación forzada que permitió seguir adelante. Pero nada volvió a ser igual. Aunque el matrimonio sobrevivió unos años más y llegaron nuevos hijos, la grieta ya estaba abierta. Después vinieron otras historias: romances mediáticos, compromisos acelerados y nuevas polémicas. Con Kimberly Guilfoyle el espectáculo fue público, intenso y constante. Y cuando todavía no se había cerrado ese capítulo, aparecieron imágenes con otra mujer, desatando rumores de nuevas infidelidades.
Así pues, Donald Trump Jr. ha construido una vida sentimental tan agitada como imprevisible. Compromisos, rupturas, amantes y silencios incómodos. Todo bajo el mismo apellido que convierte cualquier desliz en un escándalo global. Porque en la familia Trump, incluso el amor nunca pasa desapercibido.
