Game of thrones está llegando al final. La serie más seguida de los últimos años tiene en suspense a millones de espectadores por saber qué pasará, quien se sentará en el trono de hierro y como acabarán los Jon Snow, Daenerys y compañía. La frase más representativa, más icónica, de los siete reinos es, sin duda, Winter is coming. No sabemos si en Juego de tronos se acerca el invierno o no. Pero donde hoy hace frío, mucho frío, y lo que queda, es en el Barça. El desastre estratosférico de los de Valverde en Anfield ha dejado heridas difícilmente cicatrizables. Dolor, pena, rabia, incredulidad, son algunas de las muchas sensaciones que este miércoles tienen los culés. Y cabreo... Un inmenso cabreo.

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La intolerable actitud, el trágico desenlace, ha dejado un caldo de cultivo en el club y aficionados culés que nadie sabe a ciencia cierta como puede acabar. Veremos cómo pasan las horas, los días, las semanas, los aficionados del Barça y como se reponen de esta sacudida mayúscula. Porque ahora, en caliente, lo más normal es estar muy enfadado. Terriblemente enfadado. Y nadie como Cristóbal Soria resume como se encuentran la mayoría de seguidores del Barça. El exdelegado del Sevilla, antimadridista y culé de acogida es, curiosamente, el tertuliano pro-culé más destacado del circo televisivo-deportivo que monta cada medianoche Josep Pedrerol en El Chiringuito. Flagelo de Tomás Roncero y compañía, autor del mítico estribillo "¿Dónde está CR7, CR7 dónde está?", no pierde la oportunidad para hacer show cada vez que el Madrid vive una derrota. Pero después de la eliminación del Barça en manos del Liverpool ha hecho la rajada más rotunda, bestial y contundente que se le recuerda.

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Tres minutos de ira, exagerada si quieren, en beneficio del share, pero ira al fin y al cabo. Tres minutos de dar patadas al aire, bramar, exigir responsabilidades y sacar fuera todo el enfado que le produjo ver el papelón de Valverde y de los jugadores en Anfield. Un Soria incontrolable que protagonizaba la reacción más virulenta que se recuerda en una televisión después de una derrota azulgrana.

La lástima, para los culés, es que Soria no vistiera ayer la camiseta amarilla del Barça en Anfield.