Bertín Osborne guardando vino en la nevera y Albert Rivera explicándole a Arrimadas sus batallitas de cuándo el presentador le entrevistó a él. Esta fue la estampa inicial de Mi casa es la tuya (Telecinco), que tuvo como invitados estrella a los líderes de Ciudadanos y PSC, Inés Arrimadas y Miquel Iceta. "Más que una entrevista, será una conversación", la avisaba. Más que una conversación, un spot electoral, podríamos añadir.

El hashtag que el programa utilizó mientras la jefa de la oposición aparecía en pantalla #MiCasaArrimadas se podría haber cambiado perfectamente por #ArrimadasPresidenta dada insistencia de Bertín en destacar la capacidad de la política para, según su opinión, ejercer como máxima responsable de la Generalitat.

Puestos a cambiar cosas, también se podría haber cambiado el título del programa. Osborne viajó a Barcelona, pero ni Inés Arrimadas ni Miquel Iceta ejercieron como anfitriones por una "cuestión de intimidad". Según adelantaba Vanitatis, la productora de Mi casa es la tuya alquiló un lujoso apartamento de la inmobiliaria Engel&Völkers situado en una calle paralela a Arco del Triunfo. Ni en mi casa, ni en la tuya.

Bertín busca gente con la cual sentirse cómodo bebiendo vino y haciendo comentarios qué a buen seguro todos oiremos en alguna sobremesa de comida navideña. La sintonía con Arrimadas fue total, y la imagen de la candidata a la presidencia de la Generalitat salió reforzada. Para aquellos que ya concuerdan ideológicamente con ella, se mostró como una persona afable, prudentemente tímida, plural y explicó anécdotas personales (la pasión por Guardiola, cómo se enamoró de su marido, el pasado como jugadora de fútbol y actriz de teatro, infancia...), que a buen seguro ayudaron a la audiencia a empatizar con ella. Para los que no son afines a sus ideas, Arrimadas tuvo diferentes gestos: platos catalanes y su esfuerzo por aprender catalán, que puso en práctica con su marido, ex diputado de CiU y futuro votante de Ciutadans.

En materia política, Arrimadas avaló la aplicación del 155 y destacó que hablar de independencia ha provocado la pérdida de tiempo, dinero y amistades. "El problema ahora es no ser independentista. Si vienes de fuera, pero lo eres como el que más, no hay problema", afirmaba antes de ofrecerse por enèsima vez como la "presidenta de todos".

Crítica constante en Puigdemont

Aparte del masaje, Bertín quiso dejar en evidencia a Carles Puigdemont en repetidas ocasiones. La mayoría de los vídeos que el presentador enseñaba tanto a Arrimadas como a Iceta (también a Nuria Marín, alcaldesa de l'Hospitalet de Llobregat, que acompañaba al candidato del PSC durante la entrevista), eran reproches de los protagonistas a Puigdemont durante debates en el Parlament o mítines. "A Puigdemont no le gustan los debates", aseguraba Arrimadas, que criticaba la marcha del presidente a Bruselas.

La crítica al "clan independentista" fue a más y por momentos dio la sensación que Bertín lo quería ridiculizar: "¿A quién pondrías como caganet en tu Belén de Navidad? ¿A la Forcadel?", preguntaba. La líder de Ciudadanos en Catalunya no entró en el juego más de lo necesario para no ensuciar el excelente spot electoral emitido en prime time.