En casa somos muy de Arnau París. Uno de los tres chefs de Cuines, con Gessamí Caramés y Marc Ribas, uno de los cocineros más simpáticos de la televisión, que nos ganó el corazón a los espectadores desde que concursó (y ganó) una edición de Masterchef. Un tipo que aparte de cocinar como los ángeles, y de comunicar de manera brillante, es de esas personas que genera buen rollo cuando lo miras y lo escuchas. Un hombre que hace partirte de risa cuando explica todo lo que le ha pasado.


Por ejemplo, hace tiempo explicó que él, que era "muy buen comercial, pero a mí me pilló la época Puigdemont. Yo entraba por la puerta 'y como yo no tengo acento catalán'...", dice con todo el sarcasmo del mundo, se encontraba a menudo que cuando iba a vender grifos, "ya desde la puerta hacían: '¿catalán? Pues no te voy a comprar". Y él, harto, hasta las narices de catalanofobia: "Estoy hasta los cojones. Me hice con un calendario de la Guardia Civil, bandera española, el escudo... y me lo metía en la cartera. Entraba al cliente, y ellos: '¿catalán?', y yo: 'te doy la tarjeta y me voy'. Y entonces caía (dejaba caer) la bandera española. Y ellos: '¿cómo? ¿qué haces tú con esto?', y yo: 'ay, perdón, perdón, es que mi tío está en el cuerpo'... que es mentira, ¿eh?". "¿Pero tú no eres catalán?". Y él, se reía: "Sí, pero 'de los buenos'... Y entonces hacían: 'Bueno, a ver, siéntate aquí, chaval'".
En Els teloners de RAC1 saben bien de su hipnotismo y su capacidad para provocar una sonrisa de oreja a oreja en los oyentes. Hace un año ya nos dejó con los ojos como platos cuando explicaba esto, y ahora nos ha vuelto a dejar a todos de pasta de boniato con una nueva aventura que ha confesado ante los micrófonos de la emisora privada. Una nueva aventura que vuelve a tener que ver con un Guardia Civil... Recuerda cómo hace muchos años fue una vez al aeropuerto de El Prat-Josep Tarradellas, y allí en la fila, cuando haces cola para pasar el control, le salió un guardia civil, de paisano, y se dirigió a él.

¿Qué le dijo? Él mismo ha reproducido la conversación, imitando al guardia civil, hablando en castellano, "lo hizo con un acento no tan catalán como el mío, ¿eh?: 'Oiga: ¿usted se prestaría a hacer un control de calidad?'". Y él respondió que "sí, sí sí, inmediatamente. ¿Qué hay que hacer?". Explica que Arnau iba con un primo suyo, el guardia civil los apartó y les dijo que lo acompañaran, "y sacó de una bolsa una pistola y una granada". Y el agente de la Benemérita: "Escóndanlo en la maleta y pasen.... Esto es verídico, ¿eh?". Marc Bala y el Guillem Estadella, los teloners, alucinan y verbalizan el temor que tenemos todos cuando nos encontramos en uno de los arcos de los aeropuertos y empieza a pitar la máquina, a pesar de, evidentemente, no llevar nada incriminatorio. Pero a Arnau le va la marcha.

"No sé, yo era muy joven en aquella época y me hizo incluso ilusión. Abrimos un trole (maletón) que reventaba, que no se podía ni cerrar, yo metí la pistola, mi primo la granada, cada uno en su maleta", mientras el Guardia Civil les decía "Vayan por dos filas, que yo les vigilo"... Arnau, confiando en que aquel hombre que iba de paisano fuera un policía de verdad, y no un chalado.... "Lo pienso ahora y me digo: 'Estás muy mal de la cabeza'". El primo pone la maleta en la cinta y el detector y comienzan a pitar alarmas, y el guardia: "Va conmigo, tranquilos". Después, Arnau puso la maleta, "pasa la cinta, paso yo el control, recojo la maleta y me voy. Y el tío: '¿Qué haces aquí?'. Y yo: 'Pues no sé, no me han dicho nada... Acto seguido le di la pistola de mentira, entiendo, quise desaparecer rápidamente, y él va a los del control, les tira la pistola allí y les dice: 'Mira lo que te han colado', y yo desaparecí".
Arnau París, sensacional... Por si acaso, si se lo encuentran en el aeropuerto..., bien lejos.