El periodista Antón Losada ha vuelto a practicar uno de sus "pasatiempos" favoritos (y muy necesarios para la sociedad): Desmontar las teorías, propias o ajenas, que la popular Cayetana Álvarez de Toledo promulga alegremente desde sus redes sociales. La marquesa rubia ha salido escaldada después de refrendar la cita de uno de los fundadores de Cs, el barcelonés Félix Ovejero, que defiende que "la probabilidad de que un varón en España asesine a una mujer es de 0,0000061%".

cayetana aznar @cayetanaat

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Es decir, que la vergonzosa cifra de más de mil mujeres asesinadas por hombres a lo largo de este 2019 (por no hablar de las miles más que las han precedido), son el resultado de los caprichos de la estadística, y no una cuestión de machismo cultural y estructural. En vez de escandalizarse, a Cayetana le ha faltado tiempo para hacer la ola en forma de retuit, y a Losada para llamar a las cosas por su nombre: "Cuando te pones a hacer números sin tener ni puta idea de lo que significan ni de lo que estás diciendo"

Anton Losada sorpresa El Progreso de Lugo

El Progreso de Lugo

Cayetana, la del "sí, sí, sí, hasta el final" y burradas similares, muere cada día por hacerse un hueco en el competitivo mundo de las burradas tuiteras. Y mira que era fácil detenerse a pensar 10 segundos y al menos, no hacer proselitismo de las cuentas de Ovejero, que nos toma por tontos y cortos: "Una madre española tendría que tener de medía 166.666 hijos para que al menos uno de ellos fuera uno de esos asesinos". Pero Caye es así, una polemista que utiliza el altavoz del PP para amplificar noticias falsas y escorar cada vez más las posiciones de su partido hacia los postulados de VOX. Ahora bien, la madrileña no engaña a nadie, y mucho menos al gallego, que ya le ha visto el cartón demasiadas veces. Los aplausos se "escuchan" por toda la red.

Sólo hay una cosa que une a los dos protagonistas, Cayetana y Antón: Nunca defraudan. Una, por bocazas. El otro, por honesto, sincero y agudo. Le rogaríamos a Álvarez de Toledo (y a Ovejero, por supuesto) que se abstuviera de banalizar la violencia machista, pero es tan improbable como que algún día la lleguemos a oír hablar catalán, la lengua de los "pueblerinos xenófobos" que le pagamos el escaño en el Congreso de los Diputados.