En el universo de la televisión del corazón, el silencio es sinónimo de olvido. Y eso, para la familia Campos, es un lujo que no se pueden permitir. Tras semanas de inusual discreción, las alarmas se encendieron en su círculo más íntimo. Según fuentes cercanas, Alejandra Rubio, su madre Terelu Campos y su tía Carmen Borrego habrían sellado un pacto estratégico: avivar viejas rencillas y alimentar nuevos conflictos para volver a copar la primera línea mediática. El legado de María Teresa Campos dejó huella, pero el apellido necesita combustible para seguir facturando. Las exclusivas ya no llegan solas y los programas de televisión requieren material fresco. Así, un nuevo “guion” de disputas familiares se habría puesto en marcha para garantizar que el clan siga siendo tema de conversación y asegurarse exclusivas muy bien remuneradas.
Alejandra Rubio y Carmen Borrego: tensión familiar como estrategia televisiva
El primer capítulo de esta nueva etapa se habría estrenado en horario de máxima audiencia con un enfrentamiento público entre tía y sobrina. Alejandra Rubio, cada vez más mediática por su relación con Carlo Costanzia, cruzó duras palabras con Carmen Borrego en distintos platós. El detonante: José María Almoguera, hijo de Carmen y primo de Alejandra, convertido ahora en inesperado protagonista del culebrón.
En el programa Vamos a ver, Carmen pidió abiertamente a Alejandra que confiara en su primo, asegurando que jamás se acercaría a ella con intenciones ocultas. La respuesta de Alejandra fue todo menos complaciente: “Tengo la sensación de que no me puedo fiar de nadie”. Una declaración que, lejos de cerrar la tensión, la avivó aún más. A partir de ahí, los dardos cruzados se multiplicaron. En otro espacio televisivo, Carmen lanzó un mensaje directo: “Si sospecha de mi hijo, que no lo vea, pero que tampoco hable de él”. Alejandra, visiblemente molesta, replicó que no quiere ser parte de ese juego mediático, aunque dejó claro que no piensa callar si la atacan.
El negocio de las broncas: mantener viva la marca Campos
Quienes conocen de cerca al clan aseguran que detrás de estos intercambios públicos hay algo más que orgullo familiar. Las broncas venden, y lo saben. La audiencia responde ante la tensión y, con cada aparición televisiva, las Campos reafirman su presencia en el mercado del entretenimiento. Alejandra incluso se defendió de las acusaciones de vivir de exclusivas asegurando que cobra “una porquería comparado con una exclusiva” y que no depende de esos ingresos. Sin embargo, su participación constante en programas y debates confirma que su imagen sigue siendo un activo rentable para las productoras.
Por su parte, Carmen Borrego adoptó un tono conciliador en TardeAR, asegurando que está cansada del tema y que no quiere que las disputas afecten su relación con Terelu. Pero no pudo resistirse a dejar un último recado: “Creo que es más fácil decir que no quiere tener relación con mi hijo”. Una frase que, para muchos, no cierra el capítulo… sino que deja abierta la puerta a la siguiente entrega. Con la maquinaria mediática nuevamente en marcha, todo apunta a que la familia Campos seguirá alimentando titulares en las próximas semanas. Y si algo está claro, es que para ellas el drama familiar no es un problema… es una fuente inagotable de ingresos.