Isabel Preysler rompió definitivamente con Mario Vargas Llosa el 29 de noviembre. Una sorpresa para todos ya que nadie se esperaba que existía una importante crisis en la pareja. Así ponían fin a una relación de ocho años. Según la reina de corazones, estaba cansada de “los celos infundados” del escritor. Sin embargo, el entorno del premio Nobel asegura que él estaba cansado de la relación porque pertenecían a mundos opuestos. Algunos dicen que en sus relatos hay mucha realidad. Si interpretamos algunos de sus escritos habla siempre de una pareja que no ha sido feliz en su relación porque asegura que nunca estuvo enamorado, fue “un enamoramiento de la pichula”. Realmente, se arrepintió de dejar a su mujer. Probablemente, en esta parte se referiría a Patricia Llosa, la madre de sus tres hijos.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en los toros
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en los toros

Los medios de comunicación ya le empiezan a atribuir una nueva relación, primero con un empresario de Sevilla. Isabel Preysler, muy enfadada, lo ha negado en rotundo. A día de hoy confiesa que está soltera, centrada en sus hijos y sus nietos. Pero según Paloma Barrientos, la madre de Tamara Falcó estaría ilusionada de nuevo. La periodista asegura que estaría viéndose con un empresario español importante: "Se ven fuera del país, es un señor que está divorciado de unos 70 años con muy buen aspecto”.

Según la colaboradora, se trataría de un empresario con una buena posición económica y un gran patrimonio. La periodista asegura que Isabel Preysler lleva meses viéndose con este hombre hasta ahora desconocido, algo que dejaría en mal lugar a la reina de corazones, ya que en ese momento todavía mantenía una relación con Mario Vargas Llosa aunque las cosas no fuesen bien.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler teatro real
Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler teatro real

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler tenían problemas 

Mario Vargas Llosa explicó que sus relaciones íntimas con Isabel Preysler eran inexistentes, o por lo menos la de su personaje. “Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. ¿Por qué sigo diciendo 'pichula', algo que no dice nadie en España?”, empieza escribiendo el escritor en el relato 'Los vientos’.

“Tampoco imaginamos nunca que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir cien años, y, sin embargo, ahí estamos buen número de bípedos para demostrar que no era inalcanzable. Y, sobre todo, que hombres y mujeres pudiéramos durar tanto conservando la lucidez y disfrutando de la vida, incluido el sexo. No hablo por mí, claro, pero mucha gente que debe de tener mi edad, más o menos, disfruta todavía haciendo el amor, aunque yo no forme parte de ella (La última vez que hice el amor sin ayuda química fue hace unos diez años, creo, o por ahí, me parece)”, continúa.