Gerard Butler es muy conocido por '300', esa película legendaria sobre espartanos que fue todo un éxito, y que protagonizó el actor en la década de los 2000. Recaudó la cantidad de 456 millones de dólares, una cifra increíble. Sin embargo, Gerard Butler se arrepiente, y no ha vuelto a participar en una cosa similar. 

Aunque la película se puede quedar como un buen recuerdo en la mente de todo aquel que la vea debido a su epicidad, para Gerard Butler esta película es un amargo recuerdo, que no tiene ganas de revivir en absoluto. De hecho, el actor británico llegó a pensar que la película sería un desastre. Para él no tenía pinta de éxito, y consideraba ridículo lo que hacía, pero lo que más ridículo para él eran sus abdominales. En su momento, se alabó al personaje del Rey Leónidas por lo bien preparado que estaba Gerard Butler. Su cuerpo daba la impresión de que era una máquina de matar. Esto era lo que eran los espartanos en la historia, y es algo que se supo llevar de forma perfecta, pero fue justo la preparación que tuvo que hacer el intérprete lo que hizo que odiara la experiencia. 

Desde '300', Gerard Butler no ha vuelto a hacer algo similar

Todos recuerdan a Gerard Butler con un cuerpo muy fuerte y excesivamente marcado, que reflejaba a la perfección lo mucho que el personaje había luchado durante toda su vida. Sin embargo, la preparación física de Butler fue lo que hizo que este odiara a la película. Para él, esta preparación se traducía en más de 4 horas en el gimnasio al lado de dos entrenadores que le exigían llegar al máximo. 

Tenía dedicar 120 minutos al CrossFit, 120 minutos de sesiones en el gimnasio y 120 minutos más para entrenar lucha. Esto consumió su paciencia, y aunque admite que su cuerpo se veía bien, él se sentía mal. “De alguna manera estaba arruinando mi cuerpo, pero me veía increíble” dijo en una ocasión, dando a entender que para nada estaba de acuerdo con la preparación física que llevaba. La cantidad de meses que estuvo entrenando su cuerpo hicieron que viviera un infierno, pero no solo eso, sino también la dieta que llevaba en conjunto con sus entrenamientos. Tal fue el repudio de Gerard Butler hacia esta situación que, a pesar de ganar millones con la primera película, no quiso participar en la segunda, ni mucho menos participar en ningún proyecto parecido en el que tuviera que someter su cuerpo a un cambio tan drástico. El resto de papeles que eligió después no necesitaban de una preparación física extensa por su parte.