Carlos III siempre vivió a la sombra de la popularidad de su madre, Isabel II. Al ser catalogado como una persona “irritable, maniático y tímido”, muchos expertos han afirmado que el nuevo monarca tiene un tipo de personalidad ISFJ (Introvertido Sensitivo Sentimental Juicioso), de acuerdo con la prueba de personalidad de Myers-Briggs, una personalidad que fue forjada por la frialdad de sus padres y el apego que él sentía hacia las personas con las que sí había formado un vínculo sentimental, entre ellos su niñera, Mabel Anderson, y su padrino, Lord Mounbatten. De hecho, hubo un episodio durante su niñez que lo marcó para siempre, dado que su madre, Isabel II, se mantuvo alejada de él mientras luchaba por su vida a los 8 años, dado que estuvo muy grave en el hospital por un contagio de gripe asiática.

Durante muchos años, Carlos III ha sido reconocido por sus extravagancias y caprichos, aunque fuentes cercanas a él afirman que es un hombre muy amable, cariñoso, inteligente, comprometido con los valores de su familia y con un gran sentido del humor. Sin embargo, debido a su infancia tan difícil, el nuevo monarca ha creado un escudo para proteger su hipersensibilidad y su timidez frente al mundo, mostrándose arrogante y hasta maleducado en algunas ocasiones.

De acuerdo con el protocolo real, él estaba obligado a referirse a su madre como ‘Su Majestad’ y a su padre, Felipe de Edimburgo, como ‘Sir’. De hecho, desde que era tan solo un niño debía solicitar una audiencia ante la corte real para poder hablar con Isabel II, por lo que creció sin conocer el amor maternal. Además, nunca tuvo una buena relación con su padre, por lo que se refugió en Lord Mounbatten durante su juventud. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a su pérdida en 1981 cuando su padrino fue asesinado por integrantes del IRA.

Siempre fue considerado como un niño frágil de salud delicada, de modo que a los 8 años enfermó gravemente de gripe asiática. Fue internado en el hospital y su salud estuvo a cargo de los médicos más renombrados del Reino Unido. Sin embargo, a pesar de que Isabel II estaba vacunada contra la gripe asiática, no le visitó ni una sola vez, por lo que pasó su estancia en el hospital sin el cuidado y la protección de su familia. Esto marcó un antes y un después en su vida, así que empezó a desarrollar una personalidad introvertida y una timidez extrema.

Carlos III, el rey que sufrió de bullying

Para cumplir con los deseos de su padre, un hombre de carácter militar, que quería que su hijo se convirtiera en un “verdadero hombre”, Carlos III fue enviado a estudiar a Gordonstoun, una escuela al norte de Escocia, rompiendo con el protocolo de ser educado con un tutor en el Palacio de Buckingham. En este lugar, reconocido por su disciplina militar, el nuevo rey de Inglaterra sufrió de Bullying a manos de sus compañeros. Durante su estancia en este lugar, Carlos III indicó que había sido “su sentencia a prisión”.