Hace tan solo unos días se realizó el nombramiento oficial de Carlos III como nuevo monarca británico tras el fallecimiento de la reina Isabel II. Sin embargo, su reinado no ha comenzado de la mejor manera, dado que, además de mostrarse enfadado ante las cámaras ante la imposibilidad de usar correctamente una pluma estilográfica, el recién nombrado rey de Inglaterra ha decidido despedir a 100 trabajadores de su antigua residencia, Clarence House, al mudar sus oficinas al Palacio de Buckingham, causando un verdadero revuelo entre los empleados, quienes han manifestado públicamente su descontento ante esta inesperada medida.  

Según indicó el diario británico ‘The Guardian’, esta notificación de despido les fue entregada a casi un centenar de empleados durante la celebración del servicio religioso en honor a la memoria de Isabel II que se llevó a cabo el pasado 13 de septiembre en la catedral de Edimburgo, por lo que causó una gran indignación entre el personal que ha trabajado durante años para Carlos III y su esposa Camilla, ya que ni siquiera respetaron los días de duelo por la muerte de la reina para dar esta noticia.

De hecho, la mayoría de los trabajadores de Clarence House pensaban que se trasladarían junto al nuevo rey y la reina consorte a la nueva residencia real, dado que nunca se les avisó que serían echados a la calle tras su ascenso al trono, pero no fue así. Entre el personal que recibió un aviso de posible descuido se encuentran los siguientes: 31 secretarios privados, 12 trabajadores del equipo de comunicación, 28 personas de servicio doméstico y otros empleados del departamento de finanzas.

El ayudante Carlos III envía una notificación que desató la furia entre los empleados de la antigua residencia del rey

Fue a través de una misiva enviada por sir Clive Alderton, asistente principal del rey, que los empleados fueron notificados sobre la posible orden de despido. “La cartera de trabajo previamente realizada en este hogar apoyando los intereses personales, las actividades anteriores y el hogar del ex príncipe de Gales ya no se llevarán a cabo, y el hogar en Clarence House se cerrará. Por lo tanto, se espera que ya no se necesiten los puestos basados principalmente en Clarence House, cuyo trabajo apoya estas áreas. Aprecio que esta sea una noticia inquietante y quería informarles sobre el apoyo que está disponible en este momento", se puede leer en la carta. No obstante, han explicado que intentarán reubicar a algunos de estos empleados en otros roles dentro de las Casas Reales, aunque afirman que “algunos despidos serán inevitables”.

Una fuente anónima indicó a ‘The Guardian’ que esta noticia ha causado una gran molestia entre los trabajadores del nuevo monarca. “Todos están absolutamente furiosos, incluidas las secretarias privadas y el equipo con más experiencia. Todo el personal ha estado trabajando hasta tarde todas las noches desde la noche del jueves cuando murió la reina para encontrarse con esto. La gente está visiblemente conmocionada por eso”, aseguró el informante.