Vargas Llosa diciendo una sandez. Da igual cuando lo lean. Ahora cambien su nombre por el de Fran Rivera y el resultado es el mismo. Y para acabar de rematarlo, pongan en una misma sala a dos cuñaos como estos, compartiendo sofá y sabiduría y el resultado será grotesco.

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Vargas Llosa y Fran Rivera (Antena 3)

En Espejo público tuvieron la buena idea de darle al torero un espacio de entrevistas a sus amigos donde desahogarse y hacer sesudas reflexiones. Pero darle a este par un micrófono sin nadie que ponga juicio es como darle un arsenal de pistolas a dos monos con sobredosis de cacahuetes.

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Vargas Llosa en 'Espejo público' (Antena 3)

Fíjense en el mensaje que ha dirigido el escritor a los jóvenes: "Menos móviles y más libros". Habría que añadir que si lo que leen son barbaridades como las que ha pregonado este martes Vargas Llosa, más vale que carguen el móvil con datos. Porque el peruano ha perpetrado un comentario abyecto haciéndole la rosca al torero que tenía sentado en frente. ¿La excusa? Hablar del coronavirus, pero también han hablado de toros. Confesando qué es lo que más le conmueve de una corrida, Vargas Llosa suelta sin ruborizarse: "el momento cuando se crea esa complicidad entre el toro y el torero. Parece que su hubieran puesto de acuerdo y entonces el toro pasa con naturalidad, por más que arriesgue muchísimo el torero, y pasa y repasa y vuelve a pasar y se crea una cosa eléctrica"... Lo que no rige bien es la electricidad del cerebro de Vargas Llosa. Parece que se hubieran puesto de acuerdo, dice sin ruborizarse. Y todo, con musiquilla de violines que pone el programa de fondo. Un espectáculo esperpéntico:

Pues muchas de estas personas que no pueden entender las corridas de toros le han dejado claro qué piensan de él: