Tamara Falcó es un personaje inclasificable. La hija única de Isabel Preysler y el Marqués de Griñón sabe que proyecta una imagen de "pija mala" y que "al ser hija de padres separados, me convertí en una malcriada". No se esconde de su manera peculiar de vivir la vida y el lujo. Tiene 8 hermanos, muchos ellos fruto de la relación entre su madre y Julio Iglesias, que le bromea con la posibilidad de ser hija suya, 'y lo sabes': "El tío Julio siempre me dice que no soy su hija por poco". No sabemos si eso le hará mucha gracia a la Preysler.
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Tammy, como le dicen las amigas con las que toma el te y va de compras, fue la entrevistada ayer de Bertín Osborne en Mi casa es la tuya, en un programa que fue líder de la noche con más de un 15% de share y donde las expresiones de la hija de la Presyler -"o sea, jolín"- se iban mezclando con las caras de incredulidad del anfitrión, que ayer era invitado a la casa de la madre, la de la Presyler, la conocida como "Villa Meona" por los muchos lavabos que hay. 14, según supimos ayer, aunque nos quedamos con las ganas que Bertín fuera a uno de ellos, ni que fuera, para lavarse las manos y curiosear por los armarios.
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Tamara Falcó es autora de frases que pasarán a la historia como: "Yo pensé que la crisis era solo en África. No creí que había tanta hambre, pero ahora me doy cuenta de que en España también"; "Dios no tiene WhatsApp pero es mi contacto favorito"; “El Papa es la pera. Por ahora ni Dios quiere casarse conmigo”, "Cuando supe que el demonio existía, pensé en meterme a monja" o “Mi personaje histórico favorito es Robin Hood". ¿Con alguien que dice estas frases, qué puede ir mal?
Y ayer, delante de Bertín, no defraudó, sobre todo, a la hora de hablar de intimidades de su madre y la relación que tiene con los hombres. Y bien que lo sabe porqué a los 36 años todavía vive con ella. En resumen, puso a la Preysler como una mujer que no deja a un marido hasta que no tiene otro de repuesto y que disfruta con el padecimiento de los hombres que deja, como cuando dijo cómo de celoso era Miguel Boyer y lo que estaría pensando ahora al ver a Mario Vargas Llosa dormir con su ex y sentarse en su biblioteca. Quizás cuando vea el programa la Preysler la echa de casa.
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La mayor parte de la entrevista tuvo lugar en la cocina, un espacio que no se ha reformado desde que se estrenó la casa en 1992, y se nota, especialmente por las espantosas cortinas estampadas con frutas. No llegaba al nivel de la de Ana Obregón, pero no le iba a la zaga. Una cocina donde hubo momentos de conversación delirantes y surrealistas sobre qué quería hacer Tamara de mayor y la sorpresa que tuvo cuándo la Preysler no le permitió pasarse un año sabático rascándose la panza. Podéis ver el momento cliqueando encima de la foto:
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Tamara también repartió, sin ser muy consciente de lo que decía -tengo serias duda de si esta chica en algún momento es consciente de lo que sale por su boca- sobre su hermano Enrique y la locura que despertaba en sus amigas. Incluso, lo imitó cantando... En aquel momento, la audiencia se pellizcaba y se tenía que frotar los ojos... (cliquea la foto para ver el momento)
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En fin. Han pasado algunas horas desde que vimos -y oímos- a Tamara Falcó. Y Bertín todavía no se ha recuperado. Creo que todavía está encerrado digiriendo la entrevista en uno de los 14 lavabos de "Villa Meona".