El pasado 9 diciembre los medios portugueses daban una de las noticias más esperadas: el trasplante de corazón de Salvador Sobral era una realidad. El último ganador de Eurovisión llevaba meses esperando un órgano compatible que pusiera punto final a sus dolencias cardiacas.

Los días posteriores a esta delicada intervención son claves para ver cómo reacciona el cuerpo ante el trasplante. La respuesta del sistema urinario y de los riñones no ha sido el esperado y ha disparado las alarmas del Hospital de Santa Cruz (Carnaxide, Lisboa).

Por este motivo, el cantante portugués ha tenido que volver a la Unidad de Cuidados Intensivos y evitar así que los problemas renales vayan a más. Aunque la situación se ha conseguido estabilizar a base de medicamentos, existe una importante precaución sobre cómo evolucionará la salud del artista.

 

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Se había tanteado la opción que el intérprete de Amar pelos dois pasara las fiestas de Navidad con su familia, pero después de este nuevo revés parece que esta posibilidad no será viable. Los médicos no quieren arriesgar teniendo en cuenta la frágil salud del cantante, con lo cual Salvador Sobral tendrá que pasar más días en el hospital y su rehabilitación se verá relentizada.