Aunque a simple vista podríamos afirmar que Laura Escanes se encuentra en uno de los momentos más prolífico desde que empezara su carrera como figura pública, nunca se debe obviar la cara escondida de la moneda. La 'influencer', con más o menos detractores, puede presumir de haberse convertido en un icono catalán. No solo ha aterrizado en el mundo de los medios de comunicación como presentadora de La travessa, el 'reality' de aventuras de la plataforma 3Cat, sino que también se ha anunciado que ella y Miki Núñez serán los presentadores de las campanadas en TV3. Pero, y como ya avanzábamos, no todo está siendo motivo de alegría en la vida de la barcelonesa.
Hace solo algunas semanas que se hizo público que la catalana y el cantante Álvaro de Luna habían puesto fin a su relación. Todo quedaba bastante confirmado en el momento que el exvocalista de Sinsinati dejaba de seguirla en las redes sociales, aunque ella mantuvo el 'follow' un tiempo más e incluso lo felicitó por el premio que ganó en LOS40 Music Awards. Un galardón a la canción Todo contigo, la que le dedicó a Escanes de manera espectacular sobre un escenario y cuyo título ella lleva tatuado en la mano. Él le respondió con la nada. Si Laura optará por hacer uso del láser y borrarse la tinta como ya ha hecho con la firma de Risto Mejide que también decora su cuerpo es un misterio. Conviene destacar que la ex del presentador de Todo es mentira procura no entrar demasiado en el bucle del drama, pero muchas veces se le complica.
Nunca sin olvidar que la joven solo tiene 27 años y ya lidia con la enormísima gestión que supone tener un hijo con alguien de quien te has divorciado. Ha sido, precisamente, sobre este tema, que la conductora de Entre el cielo y las nubes se ha abierto en canal a través de sus 'stories' y de manera totalmente inesperada. Un texto profundo, muy personal y del cual se puede extraer sin demasiadas complicaciones cuál podría haber sido el motivo —hasta ahora oculto— por el que ella y el sevillano partieron peras. Consecuencia del insomnio, escribía "1:31 y me he puesto a pensar en mi vida. Hacía una reflexión con unos amigos y siento que con la edad que tengo... 27, estado civil: divorciada, una hija, siendo conocida y la poca privacidad que hay a veces... Siento (aunque para mí no es así) que esas mochilas que forman parte de lo que soy y de mi vida pesarán siempre mucho a cualquier persona que se acerque a mí".
Bien, aunque hace una aclaración, quizás tildar de mochila aspectos como estos chirría bastante. Con todo, no deja de ser la explicación que ella encuentra para entender que "alguien ve todo lo que significa conocerme y huye de eso". "Huye de mi vida para no complicársela. Porque es mucha carga y no le corresponde o porque se le hace grande, porque ya vengo quemada... yo qué sé", añade. Sabe mal ver que, aunque esté en uno de estos sinceridios nocturnos, puede llegar a sentir estas cosas de ella misma. ¿Puede ser que algún desalmado le haya hecho daño en el amor recientemente? No seremos nosotros quien lo afirme, pero la historia se explica sola.
"Es una realidad que siento a veces como mujer separada, con una hija y haciendo su camino. Siempre p'arriba, aunque a veces cueste". Al menos el final suena un poco más alentador.