Nos encanta Fermí Fernández. El actor y cómico es uno de los más queridos por el público catalán desde hace ya un montón de años y le empezamos a ver en la troupe de Andreu Buenafuente.

Actualmente, podemos seguir disfrutando de sus imitaciones en programas como Polònia, donde regala momentos impagables poniendo luz a la oscuridad, haciendo de Carles Porta, del exalcalde de Badalona Xavier García-Albiol, o de Santiago Niño Becerra.

Fermí Fernández haciendo de Carles Porta o de Santiago Niño Becerra / @fermifernandez_

Los que lo conocen dicen de él que es un trozo de pan, que es imposible enfadarse con él y que tiene una bondad y un optimismo que se los pisa. Pero hay cosas que sacan de quicio a cualquiera. Y ahora el bueno de Fermí lo acaba de vivir en su propia piel. Y por partida doble.

Fermí ha ido unos días a Madrid y ha tenido dos experiencias desagradables con dos medios de transporte. Primero, en el viaje en tren hacia la capital española. ¿Quién no se ha sentado alguna vez al lado de alguien que habla gritando y haciendo que todo el mundo se entere de lo que le ha pasado?

Fermí Fernández / @fermifernandez_

Pues a Fernández le tocó uno de estos personajes que se creen que van solos por la vida. Y no sólo eso: aparte de vociferar, el tema de la conversación que iba oyendo al actor le traía al pairo: "Os juro por lo más sagrado que me está sudando mucho la p**** el historial de conquistas, liadas, viajes y experiencias que mi vecino de asiento en el tren le está explicando en voz alta a su amigo con todo lujo de detallitos escabrosos".

Como él mismo deja bien claro, "#porquenotecallas, #matadmeya":

En Madrid perdió de vista a este vecino de vagón. Pero no acabó la pesadilla. El actor tuvo la ocurrencia de llamar pidiendo un vehículo de UBER. Y por lo visto, ni llegaron, ni le dieron ningún tipo de explicaciones o justificaciones o disculpas, sino que además, le culparon. Ver para creer.

Fernández alucina por el trato recibido y lo expone en un hilo demoledor: "HOLA Uber. Después de haber recibido la respuesta tras mi reclamación (en la que me culpabilizais a mi y tirais pelotas fuera de que un conductor vuestro me dejara colgado) no hacéis más que confirmar que lo mejor que puedo hacer ahora es coger un taxi y no un VTC".

La queja sigue:"Creo, incluso, que no habeis tenido el decoro ni tan solo de leeros la queja, ya que dais por sentado circunstancias q no existieron (como que el conductor no contestó en ningun momento a las repetidas llamadas y mensajes q hice). Como os decia, no vuelvo a tocar un Uber".

Por si no les ha quedado lo bastante claro, les remarca qué hará la próxima vez que necesite desplazarse por la ciudad: "La última semana he cogido varios taxis y he quedado más que satisfecho. Recomendación que haré extensiva a mi entorno #pideuntaxi #Ayusopideuntaxi".

Lo entendemos y le compadecemos. Santa paciencia...