Desde aquella El lado más bestia de la vida, de hace más de 20 años, Albert Pla siempre ha caminado por la parte más controvertida de la opinión pública. No hace mucho alborotó el gallinero de la derecha más mediocre con un mensaje irónico en el que supuestamente criticaba el proceso independentista en plena campaña del 1 de octubre. "Sabía que si escribía un artículo mal escrito, lleno de mentiras y tonterías, me lo acabarían publicando todos los medios españoles. A los de mi grupo de whatsapp les recuerdo que me deben 50 euros". Aquí pueden recordar aquella 'declaración de intenciones', dicha en castellano, que llevaba el 'simbólico' y bisbalesco título de Corazón Partío, y donde, entre otros sarcasmos, reconocía sentirse como un "Pulgarcito debajo de la col siendo devorado por el buey del independentismo".

Ahora, Pla ha vuelto a opinar después de todas las medidas contrarias a la libertad de expresión que han proliferado estos días. El cantante, a sus 51 años, las ha visto de todos los colores y condenas como las del rapero Valtonyc, retiradas de obras en ARCO o secuestros de libros como "Fariña", no le vienen de nuevo. Pero ahora Pla ha tirado de fina ironía para dejar retratados a más de uno. Lo ha hecho escribiendo en el diario Público una 'carta de amor', haciendo partícipes a los lectores que le ayuden a componer una letra para una canción, pero deseando que no sea "anticonstitucional, ni ilegal, ni anti patriótica, que no sea sediciosa, ni por lo que nadie le pueda acusar de rebelión".

Y le ha salido una crítica feroz a aquellos que precisamente, se vanaglorian de ser los más constitucionales, legales y patrióticos del mundo. La mordacidad de un Pla en excelente estado de forma llega a su punto álgido al tratar de recurrir a un tema romántico, porque "una canción de amor no ofende nunca a nadie". El cantatutor tira de sorna al reconocer que "podría decir 'te quiero', pero entonces me acusarían de discriminador, racista, xenófobo, elitista, excluyente, eso sería un delito de odio para el resto de habitantes del mundo".

¿Solución que propone el autor? Poner mejor 'Quiero a todo el mundo'... "Pero igual entonces me acusan de acosador. O quizás algunos confunden el 'te quiero' con un deseo sexual... ¿Nadie se ha dado cuenta de cuánto odio contiene la frase 'Os quiero mucho'?. La red le ha respondido con admiración e ironía.

El cantautor de Sabadell sabe bien de qué habla. Él mismo también vivió en su piel la amenaza de la censura con dos temas suyos. Canciones que a punto estuvieron de no publicarse (como La dejo o no la dejo, donde se debatía si continuar con su pareja o delatarla por su pertenencia a una banda terrorista) o que tuvieron que cambiar el título, como Carta al rey Melchor, que originariamente se llamaba Carta al rey.

Pla acaba la carta diciendo que "las autoridades tendrían que tomar medidas urgentes contra quien diga que ama mucho a alguien"... Viendo las muestras de apoyo de los tuiteros al artista, empezarán a llegar denuncias en masa a los juzgados por exceso de amor.