¿Eres de los que presume hacer varias cosas a la vez? Responder correos mientras cocinas, revisar el móvil en una reunión o trabajar en el ordenador con diez pestañas abiertas al mismo tiempo. Aunque parezca un signo de eficiencia, la realidad es que el multitasking podría estar jugando en tu contra y arruinando tu rendimiento mental y físico.
Los expertos en neurociencia y psicología han levantado la voz: realizar múltiples tareas simultáneamente no solo incrementa el estrés, también genera un desgaste emocional y una pérdida de concentración alarmante. Lo que muchos consideran “superpoder” en realidad podría estar saboteando tu éxito personal y profesional.
Multitasking y rendimiento: la verdad que no quieren que sepas
Detrás del lema de “hacer de todo al mismo tiempo”, se esconde un enemigo silencioso que reduce la eficiencia cognitiva hasta en un 40 %, según diversos estudios. El cerebro, lejos de ser una computadora multitarea, necesita pausas y lapsos de atención exclusiva para ejecutar con calidad cada acción.

Lo más impactante es que la multitarea no solo afecta tu productividad laboral, también afecta tu bienestar emocional. Investigaciones de universidades de prestigio como Stanford y la revista Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance han confirmado que quienes practican constantemente el multitasking sufren mayor déficit de atención, ansiedad y fatiga mental.
Consecuencias del multitasking en la salud emocional y física
El impacto va más allá del trabajo. Cuando el cuerpo recibe la señal de “alerta constante” por tratar de abarcar demasiadas cosas a la vez, libera cortisol, la hormona del estrés. Y ese cóctel químico, mantenido en el tiempo, desencadena un efecto dominó: dolores musculares, problemas digestivos, insomnio, aumento de peso y, en los casos más graves, enfermedades cardíacas. De hecho, la psicóloga Laura Palomares ha advertido que el ritmo acelerado de la multitarea crea una sensación de amenaza constante, como si el organismo estuviera siempre al borde de un peligro invisible. El resultado: agotamiento físico, irritabilidad y problemas de concentración que terminan afectando tanto la vida laboral como la personal.
Ahora bien, aunque parezca imposible escapar de esta dinámica en la era digital, existen estrategias simples pero efectivas para recuperar la claridad mental. Una de las más recomendadas son las llamadas microparadas: descansos de apenas dos minutos en los que se realiza una sola acción, de manera consciente y sin distracciones externas. Asimismo, expertos en bienestar como Cristina Barrous insisten en que el gran error es vivir en “piloto automático”. Acciones tan simples como aplicar una crema sin escuchar música o preparar la cena sin revisar el correo pueden convertirse en ejercicios de atención plena que reducen el estrés acumulado.

Los estudios más recientes han revelado que los microdescansos frecuentes, combinados con apoyo dentro del entorno laboral, mejoran significativamente la calidad del sueño y la energía del día siguiente. No se trata de dejar de ser productivo, sino de reorganizar la manera en que se gestionan las tareas.
Además, incorporar actividad física ligera durante el día —caminar, estirarse o practicar una rutina breve— multiplica la liberación de endorfinas, esas sustancias milagrosas que producen bienestar inmediato. En pocas palabras: el cuerpo y la mente agradecen cuando dejas de sobrecargarlos con la exigencia imposible del multitasking.