En una charla que ha dejado a miles de espectadores reflexionando, el terapeuta y divulgador Marcos Bodoque ha lanzado una advertencia que rompe esquemas: “El control y la disciplina no curan tu relación con la comida”. El mensaje, que forma parte del episodio “Culpa al comer: el ERROR que te hace repetir (y cómo salir)” disponible en su canal de YouTube, ha generado un intenso debate entre quienes han vivido atrapados en el ciclo de culpa, castigo y compensación.

Bodoque, conocido por su enfoque emocional en la terapia nutricional, asegura que la mayoría de los trastornos alimentarios no nacen del hambre, sino del dolor emocional. En su intervención, el terapeuta describe con precisión quirúrgica cómo la obsesión por el control puede convertirse en el enemigo silencioso de quienes buscan “comer bien” o “mantener la línea”.

Marcos Bodoque
Marcos Bodoque

El círculo tóxico del control: cuando la fuerza de voluntad se convierte en castigo

Según Bodoque, la raíz del problema se esconde en una educación basada en el castigo como herramienta de corrección. Desde pequeños, aprendemos que para mejorar debemos sufrir, y ese patrón, trasladado a la alimentación, nos condena a una relación insana con la comida. Según explica el terapeuta, cuando comes algo ‘malo’ sientes que debes castigarte para compensarlo. Pero esa es la trampa: el castigo perpetúa el ciclo.

Este patrón se vuelve un ciclo destructivo que se cumple rigurosamente: la persona consume un alimento que considera "prohibido", lo que genera sentimientos negativos, lleva a la autocrítica y se impone un castigo a través de ejercicio excesivo o restricción alimentaria. Finalmente, el estrés provocado por esta disciplina estricta e inadecuada desencadena inevitablemente otro atracón, reiniciando el bucle.

Según Bodoque, la sociedad ha fomentado la creencia errónea de que la disciplina estricta es la solución, cuando en realidad, esa misma disciplina actúa como el combustible que perpetúa el problema. Detrás de su mensaje hay una advertencia clara: la autoexigencia constante genera más dolor que progreso. Cada vez que una persona se castiga por comer, activa un mecanismo de estrés que busca, paradójicamente, alivio en aquello que intenta evitar: la comida.

Marcos Bodoque
Marcos Bodoque

Marcos Bodoque propone una revolución emocional: perdonar para sanar

Lejos de los discursos de fuerza de voluntad y dietas rígidas, Marcos Bodoque apuesta por un enfoque completamente distinto: la autocompasión. Su propuesta es tan simple como transformadora: aceptar el error sin castigarse. “La siguiente vez que acabes comiéndote esa tableta de chocolate sin querer, en vez de castigarte, sentir culpa, hablarte mal, di, "vaya, bueno, no me gustaría haber hecho esto. Me arrepiento de haberlo hecho. La siguiente vez intentaré no hacerlo, pero lo acepto, me perdono y lo olvido”, señala.

El terapeuta insiste en que este proceso no se logra de la noche a la mañana. Él mismo confiesa haber tardado cinco años en romper con sus propios atracones, y reconoce que el cambio requiere paciencia, conciencia y trabajo emocional. No se trata de erradicar la culpa de golpe, sino de menguar progresivamente su influencia hasta que deje de controlar la vida de la persona. Así, la metodología de Bodoque se basa en la comprensión, no en la represión, para cambiar los hábitos alimentarios perjudiciales. Explica que el diálogo interno negativo afianza una identidad de fracaso. Por el contrario, al empezar a tratarse con empatía, la persona comienza a verse como alguien con capacidad real para la mejora.