El precio de la carne sigue al alza y la preocupación se extiende entre productores y consumidores. Según los últimos datos, el Índice de Precios de Consumo refleja un aumento del 17,4% en los últimos meses. Sin embargo, quienes trabajan a diario en el sector denuncian que esa cifra no muestra la realidad: los costes de producción se han disparado y los márgenes de los carniceros son cada vez más estrechos.
En su canal Etxezarreta, los carniceros Iñigo y Aitor analizaron este fenómeno con ejemplos de primera mano. Aseguran que comprar vacas cuesta hoy casi el doble que hace dos años y medio, mientras que el precio en el mostrador no ha seguido el mismo ritmo. “La gente está comprando la carne muchísimo más cara y nosotros tenemos un margen mucho más pequeño que antes”, lamentan.

Exportaciones y políticas en el punto de mira
Uno de los factores que señalan es la exportación de ganado a países árabes. “El ganado español se está llevando a países árabes y aquí está subiendo el precio”, afirmó Iñigo. Según su experiencia, cada día salen barcos hacia Marruecos o Argelia, lo que reduce la disponibilidad en el mercado nacional y contribuye a la subida.
Aitor apuntó además a las políticas europeas como parte del problema. Considera que las medidas aplicadas en Bruselas han complicado la sostenibilidad de la ganadería, mientras se invierte en proyectos de carne sintética en lugar de apoyar al sector primario. La sequía, el encarecimiento de los piensos y la especulación con cereales completan un escenario que, a su juicio, deja a los pequeños productores en una situación muy frágil.
Un relevo generacional que no llega
La dificultad para garantizar el futuro de la ganadería no se limita a la economía. También preocupa la falta de jóvenes que quieran dedicarse al oficio. “Entre mis amigos hay ingenieros, abogados, profesores… pero no ganaderos. Eso hace 50 años no pasaba”, señaló Aitor.
Aunque todavía aparecen casos aislados de adolescentes interesados, ambos carniceros coinciden en que la dureza del trabajo y la incertidumbre del sector hacen que la mayoría descarte esta profesión. La consecuencia, advierten, es un riesgo de despoblamiento rural y de dependencia creciente de la importación.
Un futuro incierto para la carne en España
Los datos europeos apuntan en la misma dirección: el número de cabezas de ganado sacrificadas cayó un 5,2% en el inicio de 2025 respecto al año anterior. El consumo, sin embargo, se mantiene estable, lo que mantiene la presión sobre los precios.
Para Iñigo y Aitor, la conclusión es clara: la carne seguirá encareciéndose si no se corrigen las dinámicas actuales. Con costes en aumento, menos oferta y una generación que no encuentra relevo, el futuro del sector se presenta incierto. “Una vez que sube, desde luego, luego ya no baja”, resumen con resignación.