La polémica está servida en la localidad de Albox, en Almería: el alcalde ha prohibido el uso de pelotas en las plazas del pueblo, y ha confiscado la primera él mismo.

En este municipio interior de poco más de 11.000 habitantes, hasta ahora había un elemento que distorsionaba la tranquila vida de los habitantes, o de algunos de ellos: la pelota.

Día sí, día, también, sea verano o invierno, apuntan algunos, los niños del pueblo utilizaban las plazas del municipio para jugar a fútbol y a otros deportes que requieren la pelota. Como las plazas tienen bancos, fuentes y negocios, en vez de porterías y líneas que marcan los límites del campo, los 'jugadores' utilizaban el mobiliario urbano para hacer sus partidos. Para poner un ejemplo, la puerta de la iglesia hacía de portería... incluso cuando hay misa.

Hace pocos días, el mismo alcalde del municipio, el independiente Francisco Torrecillas, decidió tomar partido -y nunca mejor dicho- en el juego, para llevarse él mismo la pelota de unos niños que estaban jugando su partido, para colgarlo luego en Facebook.

En el municipio, como se podía esperar, las opiniones están divididas: las personas mayores están totalmente de acuerdo con la medida, además de alegar que ya hay un polideportivo para practicar deportes en equipo, mientras que los pequeños piden seguir jugando a fútbol en las plazas del pueblo.

Con todo, como a menudo pasa en otros campos de la vida como la política, lo que dicen los mayores se impone, por lo que hoy por hoy no se pueden usar pelotas en las plazas de este municipio almeriense.