Felipe VI pidió a la infanta Elena que fuese la encargada de vigilar a Juan Carlos en sus visitas a España. Ella es la más borbónica de todas y siempre ha apoyado a su padre. En los últimos años entre ellos se ha construido una gran complicidad. Su hija mayor ha sido uno de los grandes apoyos del emérito. El pasado viernes, justo el día del acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla por la demanda que le interpuso por demandar su honor, reapareció ante las cámaras en Sanxenxo. Compartió con los periodistas que no iría al juzgado en Santander porque en Galicia hacía muy buen día. El emérito participó este fin de semana en las tradicionales regatas.
Juan Carlos I ha dado demasiados quebraderos de cabeza a la corona y continúa haciéndolo. Nunca ha querido hacer daño al reinado de su hijo, pero parece que ahora está dispuesto a ponerle las cosas muy difíciles. Se ha cansado de que le infravaloren y le tengan en el exilio durante tantos años completamente solo. Sabe que se hace mayor y su salud cada vez es más delicada, y no tiene intenciones de morir solo y olvidado. Por este motivo demandó a Miguel Ángel Revilla y a Corinna Larsen. Además, confirmó que este mes de junio se publicarían sus memorias con la editorial Planeta.
La infanta Elena no ha frenado a Juan Carlos I ante sus amigos
Ha crecido la tensión entre Felipe VI y Juan Carlos I. El monarca está muy enfadado con su comportamiento y ahora mismo ni se hablarían. La infanta Elena es la única que intenta intervenir entre ambos para llegar a un acto de conciliación porque al final son padre e hijo y los dos han luchado por la corona y la monarquía.
Parece que el emérito se reunió con sus grandes amigos este fin de semana, el viernes por la noche, antes de que llegase la infanta Elena a Sanxenxo. La cena se alargó hasta bien entrada la madrugada del sábado. Estuvieron bebiendo vino y whisky. Juan Carlos I estaba muy achispado y no dudó en hablar de su demanda a Miguel Ángel Revilla y de Felipe VI y la situación actual con su hijo. No se dio cuenta que con esa actitud daña totalmente su reinado, pero ahora le importa todo muy poco.
Zarzuela pide a la infanta Elena que no vuelva a pasar, por lo menos mientras ella sea quien le controle, sino no volverá a España y mucho menos se quedará algún día de forma permanente. Felipe VI ya no valora esa opción por ahora.
