Letizia nunca recibió un buen trato por parte de los Borbón. La trataban con desprecio y con superioridad, se creían mejores que ella por el simple hecho de pertenecer a la realeza. La reina era una plebeya, presentadora de informativos y divorciada de su profesor de instituto, además provenía de una familia muy humilde. El desprecio fue tal que la monarca sintió rabia y prometió que se vengaría de todos ellos, no iba a hacer absolutamente nada, ellos cometerían el error. Efectivamente así sucedió. Juan Carlos I se vio envuelto en polémicas y el caso Nóos implicó a Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. Momento que aprovechó la mujer de Felipe VI para retirarles sus funciones institucionales y el sueldo que percibían de los Presupuestos Generales del Estado. Fue un movimiento muy meditado para salvar a la corona. Letizia tenía la excusa perfecta para distanciar al monarca de su familia, y también a sus dos hijas.

La reina tuvo la oportunidad de hundir totalmente la carrera de Juan Carlos I si hubiese querido. Durante los últimos años ella tuvo gran poder frente a Felipe VI, y es que tenía mucha información en su poder. Hay que recordar que era periodista y aún mantenía contactos en los medios de comunicación. Para los eméritos era una persona peligrosa.
Letizia espiaba a Juan Carlos y tenía intenciones de acabar con su reinado
Durante su época de princesa, Letizia tenía un diario secreto donde apuntaba algunos episodios de sus suegros y sus cuñadas. Había información muy jugosa que si llegase a las manos equivocadas podría ser el final de la corona.
Siempre ha sido una mujer muy controladora, calculadora, perfeccionista y ambiciosa. En un cuaderno iba apuntando todas las cosas que no le parecían bien para cambiarlas. Eyre ha recordado que “cuando protestaba, el ‘staff’ de la Zarzuela le decía: “Haga listas, señora”, y ella iba siempre con un cuadernito en el que apuntaba todo”. Pero esta especie de diario duró poco tiempo. En concreto, “hasta que Felipe se lo hizo destruir para que no cayera en manos ajenas”.
La periodista recuerda que fue un acto muy duro para ella, como sacrificar su profesión, una vez que eliminase esas pruebas ya no tendría nada a lo que agarrarse, empezaba una nueva vida. “Cuando quemó esa especie de diario en la chimenea del palacio, quizás se dio cuenta también de que quemaba su pasado para empezar una nueva vida”.
Felipe VI no estaba dispuesto a permitir que Letizia pusiese en peligro a su familia y acabase con Juan Carlos I. Sabía que esas eran sus intenciones porque nunca se habían llevado bien. Eran enemigos públicos.
