Como ya te hemos contado en EnBlau, mientras el rey emérito Juan Carlos I quiere ser enterrado en El Escorial cuando muera, la reina emérita Sofía no quiere pasar la eternidad al lado de quien ha sido una fuente de humillaciones constantes. En su lugar, la reina Sofía ha manifestado su deseo de que, cuando llegue el momento, sus restos mortales sean trasladados a Grecia, su país natal. Allí, o bien será enterrada junto a sus familiares directos, o, como también ha expresado, sus cenizas podrían esparcirse en el mar Egeo, un símbolo del fuerte vínculo que mantiene con sus raíces helenas.
Pues bien, parece que sus deseos se cumplirán. Según revela Monarquía Confidencial, este anhelo no solo será respetado, sino también planificado con antelación. Los trámites ya están en marcha y se han alcanzado acuerdos firmes sobre cómo se desarrollará la despedida. Se contempla la posibilidad de que sea enterrada en un cementerio familiar en tierras griegas, o bien que sus cenizas sean esparcidas en las aguas del mar Egeo, cumpliendo así su deseo de cerrar el círculo con sus orígenes.

La reina Sofía decide dónde quiere ser enterrada
El contexto de esta decisión ha cobrado especial relevancia tras el deterioro físico de su hermana, la princesa Irene de Grecia, quien lleva años viviendo en la residencia de Zarzuela y cuya salud se ha debilitado de forma significativa en los últimos tiempos. La princesa, con 82 años, ha sido una figura discreta pero constante en la vida de Sofía, acompañándola en silencio a lo largo de su trayectoria pública y privada.
Irene, por su parte, ya habría decidido ser enterrada junto a su hermano, el rey Constantino II de Grecia, ya fallecido. Y ello ha reforzado en Sofía el deseo de descansar en su tierra, lejos de los pasillos que tantos silencios y agravios le dejaron. Así se lo habría trasladado a su hijo, Felipe VI.

Fuentes del entorno de Felipe VI reconocen que el monarca está especialmente volcado con su madre en estos días. Ha intensificado sus visitas privadas a Zarzuela, buscando ofrecer apoyo emocional tanto a su madre como a su tía. El propio Felipe fue muy cercano al fallecido Constantino, con quien compartía lazos familiares y personales. Su compromiso actual no es solo institucional, sino también profundamente familiar.