La cuarta ola de calor que azota al Reino Unido ha encendido las alarmas en la Familia Real británica. Con temperaturas que han alcanzado los 34 grados, algo inusual para la isla, el país se encuentra en un estado de alerta naranja decretado por la Agencia Británica de Seguridad Sanitaria. El peligro no es menor: los incendios forestales acechan, especialmente, a quienes viven cerca de extensas zonas verdes. Entre ellos, nada más y nada menos que los príncipes de Gales, Kate Middleton y el príncipe Guillermo, cuya residencia, Adelaide Cottage, se ubica en pleno corazón de una zona boscosa vulnerable.
El elegante inmueble, situado en los terrenos de Home Park, Windsor, combina la historia con la modernidad. Diseñado en 1831 por el arquitecto Jeffry Wyatville para la reina Adelaida, esposa de Guillermo IV, fue restaurado en 2015 para mejorar su aislamiento y climatización, pero conservando el encanto y las cuatro habitaciones originales. Sin embargo, esas mejoras poco pueden hacer contra el implacable avance del fuego si las llamas llegaran a rodear la propiedad.
Incendios en Windsor: un espectro que vuelve para inquietar a la realeza británica
No es la primera vez que el fuego amenaza el patrimonio real. Los más veteranos aún recuerdan con espanto el desastre de 1992, cuando el Salón de San Jorge del castillo de Windsor quedó envuelto en llamas durante 15 horas. Aquel incendio devastó parte de las colecciones artísticas y provocó daños millonarios. Más de 200 bomberos trabajaron contrarreloj para controlar la tragedia, una imagen que la realeza no quiere volver a vivir. Ahora, con la alerta por calor extremo, las autoridades insisten en que quienes residen cerca de zonas boscosas deben estar preparados. Y es que Adelaide Cottage se encuentra rodeada de árboles centenarios y jardines que, bajo el sol implacable, se convierten en material inflamable. Un descuido, una chispa o una tormenta eléctrica podrían desatar un desastre difícil de controlar.
¿Cambio de casa para los príncipes de Gales?
Afortunadamente, los príncipes de Gales no se encuentran en Windsor en este momento. Disfrutan del verano en familia, posiblemente en Anmer Hall (Norfolk) o en el castillo de Balmoral (Escocia), siguiendo la tradición de vacaciones instaurada por la reina Isabel II. Sin embargo, esta situación podría acelerar sus planes de mudanza, que ya llevaban tiempo rondando. Según fuentes cercanas citadas por el Daily Mail, Kate y Guillermo estarían evaluando cambiarse a Fort Belvedere, un majestuoso castillo de estilo gótico ubicado en Windsor Great Park. La propiedad no solo ofrece mayor seguridad, sino también lujos como cancha de tenis, piscina, invernadero, huerto y viviendas para el personal. Un salto de calidad acorde a su posición como herederos directos al trono, sobre todo considerando que cuando recibieron Adelaide Cottage de Isabel II, aún eran únicamente duques de Cambridge.
La idea de mudarse no solo estaría motivada por la búsqueda de más espacio, sino también por la necesidad de proteger a sus hijos y evitar riesgos innecesarios. Y es que, en un verano donde el calor rompe récords y el peligro de incendios crece día a día, vivir en un entorno tan verde como Home Park es tan idílico como peligroso. De hecho, si las predicciones meteorológicas se cumplen y el calor extremo continúa, podría ser cuestión de tiempo antes de que los príncipes de Gales den el paso definitivo hacia un nuevo hogar.