La pandemia por el coronavirus ha regalado a los curiosos, especialmente de las monarquías, unas imágenes impagables: cómo son los lugares habituales de trabajo (si por trabajo se puede considerar hacer cuatro videoconferencias al día) de los reyes europeos. En este sentido, si a un lado del abanico encontramos el espectacular, acogedor, luminoso y magnífico despacho de la reina Máxima de Holanda, en la parte totalmente opuesta tenemos el rococó, recargado, hortera y anacrónico despacho del rey Felipe, que incluso a mediados de mayo todavía cuenta con troncos de leña para la hoguera y que todavía luce una alabarda grotesca al lado del marco de la puerta.

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Capítulo aparte merece el despacho de la reina Letizia. Este tipo de sucedáneo de nave de Star Treck o de cámara insonorizada de frenopático. Un despacho de un blanco inmaculado que da miedo. Letizia tiene tantas ganas de demostrarle al mundo que ella es la más celosa en Zarzuela de su intimidad, que moverá cielo y tierra a quien ose buscarle las cosquillas, que cae en el ridículo.

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Las imágenes que Casa Real reparte de la reina como la única mancha oscura en la blancura Colgate de su puesto de trabajo son más propias de peli de miedo que de imagen próxima de una reina con sus ciudadanos. La Sala Magnolia, el nombre que recibe el espacio, es toda blanca, excepto el suelo, gris claro. Esta monocromía, en mesas, sillas, paredes, cuadros, puertas, ventanas y lámparas, tiene el objetivo de evitar que cualquier detalle, como fotos, pudiera ser analizado con lupa. Pero El Español ha puesto el foco en unos objetos muy concretos: las sillas.

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Estos asientos de cuero blanco, con reposabrazos de aluminio son diseño del matrimonio de arquitectos y diseñadores Charles y Ray Eames, creados originariamente en 1958 para un coleccionista norteamericano. Pero lo que destaca más de ellas es el precio desorbitado que tiene esta Aluminium Chair: 2.600 euros. Cada una. Letizia tiene seis en torno a la mesa de su despacho. Sumen. Unas sillas que siempre están vacías. Pero la casa es grande. Es lo que tienen los Borbones. Unos blanquean dinero en cuentas suizas y otros gastan mucho dinero en tener sillas blancas y carísimas.