A bordo de un avión y por teléfono, Juan Carlos escogió esta opción para explicar a sus amigos que se marchaba. Acosado por sus propios escándalos de corrupción, el rey emérito huyó a Portugal el fin de semana, para acabar cogiendo un vuelo que el lunes salió hacia una destino desconocida. Aunque no es oficial, parece que el exmonarca se habría escapado a la República Dominicana. "No estoy de vacaciones ni abandono España. Esto es un paréntesis", aseguró a su entorno, vía llamadas y mensajes de texto, mientras ya sobrevolaba hacia su mal denominado exilio.
Aunque no es oficial, Juan Carlos se podría haber marchado a la República Dominicana | GTRES
Según ha publicado la periodista Mariángel Alcázar en La Vanguardia, los amigos de Juan Carlos sabían, desde hace bastante tiempo, que tenía la intención de marcharse al país caribeño. De hecho ya había estado entre en febrero y marzo, pero el coronavirus lo forzó a regresar a la Zarzuela. Con la promesa de pronto a visitar las playas dominicanas, instalado en alguna de las casas que su amigo Pepe Fanful, magnate del azúcar, tiene repartidas por la isla. Como las posesiones de su Casa de Campo, en el municipio de La Romana, donde parece que podría estar escondido el exjefe del Estado. Con todo, no fue hasta lunes que su entorno conoció definitivamente que había hecho las maletas y ya se había marchado.
Imágenes del exterior de Casa de Campo, propiedad de Pepe Fanjul en el municipio dominicano de La Romana | EFE
Afirma Alcázar que Juan Carlos se había resistido a abandonar España, y que si lo ha hecho es porque no le quedaba más remedio. "Su peor pesadilla siempre fue el exilio y quizá eso explica que buscara la manera de tener un fondo monetario para, llegado el caso, sobrevivir económicamente", lo disculpa la periodista. Pero aunque la justicia lo había empezado a investigar, la columnista asegura que la intención del emérito era esta: "La investigación de la Fiscalía del Tribunal Supremo y la responsabilidad del rey Juan Carlos de estar a disposición de esa instancia judicial fue, curiosamente, el argumento dado por el rey Juan Carlos para permanecer en España y, una vez despejadas las incógnitas, decidir si se iba de España un rato o para siempre".
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Presionado por el Gobierno y los medios de comunicación, "Juan Carlos aceptó por fin salir de España, pero solo una temporada". La fuga del exrey no es definitiva, y tiene pensado volver en algún momento: "No calculaba el impacto de su gesto y la interpretación falaz de que su salida era sinónimo de exilio, de huida o de rendición", escribe Alcázar. "Lo decía claramente en su carta en la que comunicó a su hijo su deseo de ‘trasladarse, en estos momentos, fuera de España’, pero hacerlo, y eso se deducía, con la intención de volver". El emérito no quiere ni oír hablar de aquello que las segundas partes nunca son buenas, y ya piensa cuándo podría viajar a España de vuelta para una segunda oportunidad.