Han pasado casi 28 años desde la trágica muerte de la princesa Diana en París, un accidente que sacudió a todo el mundo y que aún hoy sigue envolviéndose en un halo de misterio y especulación. Sin embargo, su legado no se limita a su figura pública ni a sus actos benéficos. Ahora salen a la luz las advertencias que Lady Di dejó a Guillermo y Harry, consejos que, según sus allegados, cobran una fuerza inquietante en medio de la devastada relación de los príncipes.

El recuerdo de Diana de Gales sigue siendo un faro de inspiración para millones, pero también un punto de dolor para sus hijos, que atraviesan el peor momento de su relación fraterna. Ni la enfermedad de su padre, Carlos III, ni el diagnóstico de cáncer de Kate Middleton han conseguido unirlos. Todo apunta a que las distancias son irreversibles, aunque las palabras de su madre parecen regresar del pasado como un eco imposible de ignorar.

Las advertencias de Diana a sus hijos: entre el poder y la traición

Patrick Jephson, exsecretario privado de Lady Di, aseguró que la princesa dejó consejos estratégicos a sus hijos para enfrentar los desafíos de la realeza. “Si estudian con atención la vida de la princesa Diana, Guillermo, Harry y sus asesores sabrán que les dejó muchos buenos ejemplos a seguir y también algunas advertencias importantes que atender. El afecto público y las ricas recompensas de la realeza deben ganarse con altruismo y servicio”, reveló, subrayando que Diana había advertido a Guillermo y Harry sobre el peligro de dejarse seducir por el brillo del poder.

Más allá de la herencia millonaria que recibieron, la verdadera riqueza que Lady Di dejó fue su visión sobre la monarquía moderna. Ella intuía que sus hijos enfrentarían un camino lleno de enemigos internos y externos, donde la falta de unidad podría costarles no solo la reputación, sino también el amor del pueblo británico. Hoy, esas advertencias olvidadas parecen materializarse con los conflictos que los separan.

Guillermo y Harry, unidos por Diana, separados por el destino

Aunque el recuerdo de Diana sigue guiando a sus hijos, cada uno lo hace a su manera y sin acercarse entre sí. Guillermo conmemoró el último cumpleaños de su madre con un evento social en Sheffield, vinculado a su proyecto Homewards, centrado en combatir la falta de vivienda, una de las causas que Diana siempre apoyó. Por su parte, Harry se desplazó hasta Angola para recorrer un campo minado, imitando aquel gesto histórico de su madre que en los años noventa dio la vuelta al mundo. Dos homenajes paralelos, dos caminos independientes, y una ausencia que pesa como nunca. La princesa Diana quería unión, pero la realidad muestra separación y rivalidad.

Y aunque ambos príncipes apoyan el Diana Award, la única organización con el nombre de su madre, lo hacen sin coordinación ni complicidad. Tessy Ojo, directora ejecutiva de la fundación, asegura que ha visto cómo Guillermo y Harry se emocionan al escuchar relatos de jóvenes que nunca conocieron a Diana, pero que se sienten inspirados por ella. “Hay un sentimiento de inmenso orgullo: ‘Vaya, mi madre logró eso’”, relató. No obstante, detrás de esos gestos de emoción se esconde la gran ironía: Lady Di soñaba con que sus hijos se apoyaran el uno en el otro frente a las tormentas de la vida real. Hoy, la historia demuestra lo contrario.