El rey emérito Juan Carlos I lo tiene claro. A sus 87 años, sabe que sus días llegan a su fin y ya ha establecido las bases de lo que quiere que sea su funeral. Un plan que dista mucho del que tiene en mente la reina emérita Sofía. Todo apunta que el suyo no será uno de esos matrimonios para la eternidad.
Juan Carlos I ha pedido un funeral de estado, a la altura del de la reina Isabel II de Inglaterra. Algo que, lamentablemente, no podrá ser. Juan Carlos ya no es monarca, con lo que no le tocaría tener un entierro a la altura de rey. Será un funeral con todos los honores, pero no el que sería propio de un rey en activo.

La reina emérita Sofía quiere estar bien lejos de Juan Carlos I cuando muera
Por otro lado, el padre del rey Felipe VI quiere ser enterrado en El Escorial junto a sus antepasados. Sin embargo, al parecer, el espacio está lleno. El ex monarca no cabe. Y mientras desde el Gobierno se han propuesto otros dos destinos, Juan Carlos I insiste, hasta el punto de que ha instado a que se realicen modificaciones en la estructura del panteón para darle cabida. Está por ver como se cierra esta carpeta.
La que ya está cerrada es la que tiene que ver con el entierro de la reina Sofía. La emérita, víctima durante décadas de las humillaciones de su marido, no quiere pasar la eternidad a su lado. En este sentido, ya ha trasladado a Felipe sus últimos deseos.
La reina emérita ha dejado claro que, una vez fallezca, quiere ser trasladada a Grecia, su tierra natal. Allí quiere descansar en paz, lejos de quien fue, durante décadas, una fuente constante de humillaciones personales y problemas institucionales. Su petición incluye ser incinerada y que sus cenizas sean esparcidas en el mar Egeo. Una voluntad que habría sido concedida.

Sofía será trasladada a Grecia cuando llegue el trágico momento
Según ha trascendido en los últimos días, los trámites ya están en marcha, y se están preparando discretamente todos los detalles para garantizar que el deseo de la reina emérita se cumpla tal como ella lo ha expresado. Acuerdos firmes ya habrían sido alcanzados, tanto a nivel diplomático como logístico, para que la despedida de Sofía sea íntima, respetuosa y acorde con su legado personal. No se quiere dejar nada al azar para última hora.
En esta decisión ha tenido mucho que ver su hermana, la princesa Irene de Grecia. A sus 82 años, la tía ‘Pecu’ se encuentra en un delicado estado de salud. Irene, que ha vivido con Sofía en la residencia de Zarzuela durante años, ha sido su gran apoyo, su confidente y fiel compañía. Y su deseo de ser enterrada junto a su hermano, el fallecido rey Constantino II de Grecia, ha reforzado en Sofía la idea de cerrar el círculo vital en su país de origen.