En los últimos tiempos, la figura de la reina Letizia ha experimentado un notable retroceso dentro del engranaje institucional de la Casa Real. La sucesión de críticas y especulaciones sobre su vida privada ha tenido un impacto tangible en su papel dentro de la monarquía. Su protagonismo, que en otros momentos fue considerable, ha sido visiblemente reducido, quedando en un segundo plano respecto a su esposo, el rey Felipe VI. Hay quienes sostienen que este cambio no ha sido casual, sino parte de una estrategia cuidadosamente diseñada, posiblemente desde dentro de la misma institución. Incluso se especula con la implicación del rey emérito Juan Carlos I como posible instigador, motivado por el deseo de restaurar el equilibrio de poder tradicional dentro de la familia real.

Felipe VI en la final de la Copa del Rey / EFE
Felipe VI en la final de la Copa del Rey / EFE

Uno de los factores determinantes en esta transformación ha sido la difusión de rumores que afectaron gravemente la reputación pública de Letizia, en especial aquellos que aluden a una supuesta traición. Esta situación habría obligado a la reina a asumir una actitud más discreta, limitándose al papel protocolario que le corresponde como consorte, sin mayores intervenciones en los asuntos institucionales. Felipe VI, por su parte, ha tomado con firmeza las riendas de la Corona, mostrándose como la figura central en los actos oficiales y reduciendo progresivamente la visibilidad de su esposa.

Este cambio de dinámica también se refleja en las relaciones internas del clan Borbón. En reuniones familiares recientes se ha observado la reincorporación de personajes antes marginados, como el propio Juan Carlos I, mientras que figuras cercanas a Letizia han sido apartadas. Las hijas de los reyes, Leonor y Sofía, son las únicas que se mantienen al margen de estas tensiones, preservadas con cuidado por sus padres para no comprometer su futuro dentro de la institución.

La reina Sofía expulsa a los Ortiz Rocasolano 

Resulta llamativo que la situación actual represente una especie de inversión de roles respecto a lo que sucedía en años anteriores. Durante mucho tiempo, fue Letizia quien logró marcar distancia entre la familia Borbón y el núcleo del poder real, favoreciendo la cercanía de los suyos. Sin embargo, en la actualidad son miembros de la familia del rey quienes frecuentan el Palacio de la Zarzuela, como los Urdangarin o la infanta Cristina, mientras que los Ortiz Rocasolano han sido prácticamente excluidos.

Paloma Rocasolano, madre de Letizia, ha sido una de las más afectadas por este nuevo orden. Anteriormente, gozaba de acceso casi libre a la residencia real, y tuvo un papel crucial en la infancia de sus nietas. Durante la pandemia, incluso vivió junto a ellos. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente: sus visitas ahora están restringidas, y no se le permite pernoctar en la residencia. Esto ha generado un distanciamiento evidente entre ella y Felipe VI, quien, según diversas fuentes, habría tomado esta decisión para evitar tensiones internas tras el deterioro de la imagen pública de su esposa. En el presente, la Casa Real proyecta una imagen más contenida, centrada exclusivamente en el núcleo formado por el rey, la reina consorte y sus hijas, manteniendo a otros familiares al margen de la escena oficial.

Jesús Ortiz Paloma Rocasolano Leonor GTRES
Jesús Ortiz, Paloma Rocasolano y Leonor / GTRES