La reina Sofía, símbolo de discreción y estabilidad durante décadas, atraviesa un momento personal muy delicado. Tanto que ha encendido todas las alarmas. Lo que comenzó como un deterioro emocional ha terminado por preocupar seriamente al equipo médico de la Casa Real, que ha emitido un diagnóstico altamente preocupante sobre su estado de salud. Son varios los frentes que le afectan directamente.
De entrada, el distanciamiento entre sus hijos Felipe, Cristina y Elena. Su mayor deseo es verlos unidos de nuevo antes de morir. Pero cada día que pasa esa posibilidad es más lejana, lo que tiene su corazón totalmente roto. Y tampoco es que sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, le hagan mucho caso. Todo lo contrario. Su relación es cada vez más distante. No tienen nada en común.

La reina Sofía atraviesa los años más tristes de su vida
Por otro lado, el deterioro de salud de su hermana, Irene de Grecia, con quien mantiene una relación entrañable. La hermana de la reina empeora cada día que pasa. El Alzheimer avanza sin freno y su situación es cada vez más delicada.
A todo ello se suma la situación que rodea a su marido, Juan Carlos I. Su regreso a la vida pública, pese a estar en el exilio, no ha hecho más que traerle nuevos dolores de cabeza y humillaciones. Las fotos en las que aparecía con Bárbara Rey, sus recientes maniobras judiciales, sus memorias inminentes y la biografía que Bárbara Rey sacará a la luz muy pronto han agravado el ya frágil estado de ánimo de Sofía.

Todos estos factores han desencadenado en un cuadro clínico caracterizado por insomnio, falta de apetito, aislamiento voluntario y llanto constante, según ha revelado la periodista Pilar Eyre. La reina evita recibir visitas, apenas sale de su habitación y ha pedido expresamente a Felipe VI no participar en actos oficiales dentro de Madrid, para no exponerse a la presión mediática. Se siente completamente sola y muy triste.
El problema emocional puede derivar en físico
Los hijos de la reina, Felipe, Elena y Cristina, han hablado en varias ocasiones para evaluar la situación. El diagnóstico del equipo médico es claro: de no cambiar las condiciones que rodean a Sofía, su estado anímico podría derivar en complicaciones físicas graves. La posibilidad de que su salud mental afecte de manera directa su organismo ya es un tema de análisis serio dentro del equipo médico de Zarzuela.

Detrás de este desplome emocional se encuentran años de silencios dolorosos, comenzando por la cadena interminable de humillaciones que sufrió por parte del emérito, cuya falta de respeto público y privado fue constante. Desde su juventud, la reina Sofía aguantó desplantes, traiciones y relaciones extramatrimoniales que, en muchos casos, se hicieron públicas. Corinna Larsen, Marta Gayà y Bárbara Rey no solo compartieron la intimidad del rey Juan Carlos, sino que en varios momentos fueron protagonistas mediáticas que degradaron indirectamente la imagen de Sofía.