Felipe VI, antes de casarse con Letizia Ortiz, tuvo varias relaciones sentimentales que despertaron un enorme interés mediático. Gigi Howard, Eva Sannum o Isabel Sartorius formaron parte de su vida, todas ellas plebeyas, algo que nunca gustó en Zarzuela. El entonces príncipe se enamoraba de mujeres que no pertenecían a la realeza, pero su entorno no estaba dispuesto a aceptar a una futura reina sin sangre azul. Detrás de las maniobras que acabaron con aquellas historias estaba siempre la sombra de sus propios padres: Juan Carlos I y, sobre todo, la reina Sofía.

Isabel Sartorius
Isabel Sartorius

La estrategia era clara: presionar mediáticamente a las parejas de Felipe hasta que la situación resultara insostenible. El objetivo, forzar una ruptura que mantuviera libre al heredero para un enlace que pudiera reforzar alianzas dinásticas. El propio Juan Carlos, a través de contactos y filtraciones, permitió que salieran a la luz informaciones comprometedoras de las jóvenes. La presión mediática se convirtió en una herramienta de desgaste implacable.

De todas aquellas relaciones, la que más cerca estuvo de alterar el futuro de la monarquía española fue la que mantuvo con Isabel Sartorius. Felipe estaba verdaderamente enamorado de ella, tanto que su entorno llegó a temer que pudiera convertirse en la futura reina consorte. Sin embargo, esa historia acabó abruptamente, y la mano de Sofía fue decisiva.

Según trascendió en su momento, la reina Sofía no dudó en apartar a su hijo de Sartorius cuando se confirmó un hecho que resultaba inaceptable para la familia real: su madre estaba bajo investigación por su presunta implicación en una red vinculada al tráfico de cocaína. Aquella relación con la “beautiful people” y los rumores de consumo de droga terminaron por dinamitar cualquier posibilidad. La noticia cayó como una bomba en Zarzuela. Para Sofía era impensable que el futuro de la Corona pudiera verse asociado, aunque fuese indirectamente, con un escándalo de narcotráfico.

Isabel Sartorius confiesa el calvario que pasó en aquella época 

La intervención fue tajante. Sofía habló con su hijo y le dejó claro que aquella relación no podía continuar. No se trataba solo de una cuestión de sangre azul, sino de preservar la imagen de la institución en un momento en que la monarquía ya empezaba a enfrentarse a críticas por su falta de transparencia. Felipe, aún joven e influenciable, acató las presiones familiares.

Con el paso de los años, Isabel Sartorius reconoció el calvario que supuso para ella la atención mediática y cómo su vida quedó marcada por aquel noviazgo. Lo que para Felipe fue un amor de juventud truncado, para Sofía se convirtió en una batalla ganada: impedir que una mujer con un pasado familiar controvertido llegara a ser reina de España.

"Con 14 años salía del colegio y mi madre me mandaba a comprar droga", reconoció Isabel. "Mi madre ha sido el eje de mi vida, la condicionó de una manera determinante. Estábamos tan unidas, la quería y me preocupaba tanto, que me até a ella. Luego, esta unión tan intensa nos enredó por completo y dejó en mí la semilla de un trastorno que marcaría mi futuro. Con el paso del tiempo descubrí que lo que me ocurría tenía un nombre: codependencia, y que los hábitos que había ido adquiriendo casi sin darme cuenta formaban parte de un trastorno que padecemos millones de personas en el mundo”.

Isabel Sartorius
Isabel Sartorius