La reina Letizia ha vuelto este jueves a Mallorca, concretamente a la localidad de Marratxí, donde ha visitado el centro de formación y la residencia de Son Llebre. Se trata de un centro de Formación Profesional en el ámbito de atención a la dependencia conectado a una residencia del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales en el que hay internas personas adultas con diferentes grados de discapacidad psíquica. Pero la visita ha estado rodeada de polémica. Polémica en el exterior, donde una veintena de personas la han recibido con gritos de "¡Viva la República!" según ha informado el Diario de Mallorca, aunque las imágenes enviadas por la Casa Real no lo recogen.
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Y malestar también entre las paredes del centro. Porque según explica el medio, algunos trabajadores de Son Llebre critican que se haya comunicado a las familias que no podrían ver a los familiares que están en el interior durante este jueves y han manifestado su preocupación por el riesgo de que pueda haberse visto alterada la normalidad de los internos en la residencia "sólo para hacerse una foto". Los trabajadores han alertado del trasiego que puede ocasionar una visita real en unos internos, algunos de ellos, con problemas de conducta, que se podrían poner nerviosos ante el bullicio o la presencia de personas desconocidas de la seguridad de la reina.
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"Hay gente muy emocionada por la visita, pero la mayoría estamos preocupados por las consecuencias que puede tener", explicaban profesionales de la residencia que trabajan cada día con los internos. "Aunque los internos no tienen una discapacidad grave, hay gente que se altera con el ruido y otra con la gente que no conoce", añadían.
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También se quejaban de que no se les informó del horario que sería la visita de la monarca, "pero al mediodía es la hora en las que se administra la medicación y retrasarlo puede alterar toda la rutina", señalaban.