En medio de la constante tormenta mediática que rodea a Meghan Markle y el príncipe Harry, una voz experta ha encendido una sirena que muchos temían escuchar. La ex actriz, convertida en duquesa, ha sido señalada por una reconocida psicóloga que advierte: “Hay algo que no encaja y es peligroso”. El análisis pone en la mira el rol que Meghan estaría jugando en el prolongado conflicto que enfrenta al príncipe con la Familia Real británica.
Mientras Harry todavía mantiene la esperanza de una reconciliación con su padre, el rey Carlos III, y con su hermano, el príncipe Guillermo, Meghan parece avanzar en una dirección totalmente distinta. Desde California, disfruta de un estilo de vida hollywoodiense, rodeada de proyectos personales y oportunidades de negocio que poco o nada tienen que ver con las tradiciones reales que dejó atrás.
Meghan Markle y los límites que Harry no logra imponer
La psicóloga Lara Ferreiro ha puesto el dedo en la llaga al asegurar que el duque de Sussex no ha sabido establecer límites saludables en su matrimonio. En su análisis, sostiene que Harry, temeroso de repetir los traumas de su infancia marcados por la pérdida de su madre, evita cualquier confrontación con su esposa. Esta dinámica, lejos de fortalecerlo, lo habría llevado a ceder demasiado terreno en su relación con Meghan. El resultado, según la especialista, es un príncipe atrapado en un dilema emocional: proteger a su esposa o buscar el tan ansiado acercamiento con los Windsor. Y, por ahora, la balanza se inclina peligrosamente hacia la primera opción, generando un distanciamiento familiar sin precedentes en el Reino Unido.
El sueño americano de Meghan frente a la nostalgia británica de Harry
A diferencia de Harry, Meghan Markle parece vivir la vida con la que siempre soñó. Instalados en California, la duquesa maneja sus propios proyectos audiovisuales y su marca de productos naturales, disfrutando de la independencia y la libertad que tanto ha defendido. La psicóloga sugiere que esta independencia no solo es legítima, sino también estratégica: Meghan habría utilizado la fragilidad emocional de su esposo para consolidar una nueva vida lejos de Londres.
Harry, en cambio, continúa mirando hacia atrás. Cada visita a Reino Unido despierta en él un sentimiento de pertenencia y nostalgia. Según la experta, este contraste entre los deseos de ambos es una bomba de relojería que puede dinamitar cualquier intento de reconciliación. La situación se vuelve más compleja al considerar que los hijos de la pareja crecen en un entorno ajeno a las raíces reales, algo que la familia del príncipe nunca termina de aceptar.
El análisis de Ferreiro es tajante: mientras Meghan mantenga el papel protagónico en la vida de Harry, la reconciliación con la familia real será poco menos que imposible. El príncipe, asegura, ha priorizado constantemente los intereses de su esposa por encima de los suyos y de los vínculos que lo unen a la Familia Real británica. Ahora bien, lo más alarmante para la psicóloga es que Harry podría estar experimentando una orfandad emocional que le impide reaccionar con firmeza. Su hermano, Guillermo, nació destinado a ser rey, y esa sombra constante habría marcado un sentimiento de inferioridad que Meghan supo llenar… aunque a un precio muy alto: cortar lazos con su familia.