Cinco años de frialdad, entrevistas explosivas y portazos diplomáticos podrían estar llegando a su fin. En un giro que nadie esperaba, el príncipe Harry ha ofrecido compartir su agenda oficial con el Palacio de Buckingham, un gesto sin precedentes que apunta, según fuentes cercanas, a una posible “desescalada del conflicto” entre los Sussex y el núcleo duro de la Corona británica. Y es que, tras perder recientemente la batalla legal para mantener su seguridad personal en Reino Unido, Harry ha comenzado a mostrar una actitud más conciliadora, incluso dejando entrever en sus palabras cierta nostalgia por sus lazos familiares, como si buscara reconstruir puentes que parecían rotos para siempre.

“Algunos miembros de mi familia no me van a perdonar haber escrito un libro y nunca me perdonarán por otras muchas cosas, pero me encantaría una reconciliación. No tiene sentido seguir peleando”, dijo en mayo durante una entrevista con la BBC. Una frase que, en ese momento, pareció anecdótica, pero que ahora cobra una nueva dimensión tras revelarse que sus asesores han sostenido reuniones privadas con representantes del rey Carlos III en pleno corazón de Londres. ¿Estamos ante la antesala de una reconciliación real o es simplemente una jugada táctica de relaciones públicas?

Reunión secreta en Londres: comunicaciones cruzadas entre Harry y Carlos III

Los paparazzi lograron captar la reunión sin que nadie lo anticipara: Tobyn Andreae, el secretario de comunicaciones de Carlos III, fue visto en un club londinense de lujo conversando con Meredith Maines, la directora de prensa de los Sussex. A su lado, estaba Liam Maguire, quien se encarga de las relaciones públicas del matrimonio en el Reino Unido. Aunque en apariencia fue un encuentro “informal pero de carácter urgente”, los analistas de la Casa Real no lo tomaron a la ligera, interpretándolo como una señal de que algo importante se está gestando en las sombras del Palacio.

Según reveló The Mail on Sunday, la intención de Harry es prevenir futuras tensiones públicas compartiendo con anticipación cada una de sus actividades oficiales. De esta forma, busca evitar episodios como el de su reciente viaje a Angola —repitiendo el icónico recorrido de su madre, la princesa Diana— que, según la prensa británica, opacó el cumpleaños número 78 de la reina Camilla. Un gesto simbólico para algunos, una provocación para otros. El nuevo plan incluiría informar de sus movimientos tanto a Buckingham como a Kensington Palace, es decir, tanto al rey Carlos como a los príncipes de Gales. Se trataría de una hoja de ruta que marcaría, al menos sobre el papel, el primer paso hacia una convivencia institucional menos conflictiva entre los Windsor y los Sussex.

¿Reconciliación real o cálculo estratégico? Harry cambia de tono tras perder a Netflix

Lo cierto es que esta maniobra coincide con el revés económico más importante que han enfrentado los Sussex desde su “exilio” en California: la no renovación de su millonario contrato con Netflix. El acuerdo, valorado en más de 90 millones de euros, culminará en septiembre, dejando en el aire la continuidad de sus proyectos mediáticos. Esta pérdida del respaldo de la plataforma de streaming podría estar motivando este giro más diplomático de Harry, que hasta ahora había mantenido una postura abiertamente desafiante hacia su familia. Pero hoy, esa narrativa parece desinflarse, al menos en parte. “Harry ha adoptado una nueva mentalidad”, aseguró una fuente al citado medio, reconociendo un cambio de discurso orientado hacia la “desconflictividad”.