Leonor ya es casi adulta. En las puertas de los 18 años es objeto de análisis de la prensa rosa y de la prensa seria. ¿Se analiza si jurará o prometerá la Constitución, si servirá en el Ejército o qué carrera universitaria cursará, y en qué centro, público o privado? ¿Derecho o Economía? La prensa rosa analiza aspectos igual de trascendentales: ¿tiene novio? ¿El rey puede vetarle la pareja? ¿Qué pasa si forma parte del colectivo LGTBI? ¿Y si renuncia a la corona por amor? La Corona es imagen y todos estos aspectos son relevantes. Hay otro, el look y los actos oficiales de la princesa, que ha sido objeto de crítica. Ahora se añade la mejor, Pilar Eyre.
En el último acto oficial Eyre vio a la chica correcta, elegante, formal... pero demasiado. En exceso, alejadísima de los estándares que su generación espera de ella: "Sigue siendo guapa, su perfil sigue siendo el mismo, luce un pelo precioso, sonríe amablemente, tiene ademanes señoriales y parece una chica amable y con ganas de hacerlo bien. A las personas mayores nos encantó verla en ese ambiente formal y educado. Y ahí está el fallo: Leonor no va a ser nuestra reina, sino la reina de nuestros hijos y nietos. No hay ni un solo adolescente en España que se sienta identificado con la princesa de Asturias. Ese cordón sanitario que la rodea −el jefe de protocolo, el ayudante de campo, el ministro−, esos caballeros añosos con un gesto intermedio entre la reverencia y el besamanos, rebajan la espontaneidad y la calidez de cualquier encuentro. Es igual dónde vaya, solo vemos a esos señores de aspecto severo (...) Leonor no será reina hasta el 2050, cuando todos los que la encontramos muy mona y educada estemos bajo tierra". Acierta como siempre Eyre. Zarzuela es obsoleta. Y la chica parece una señora endomingada.
Remata Eyre en su revista, Lecturas: que otras princesas europeas hacen actos menos rígidos, mucho mejor asesoradas con refugiados, cocinando para ellos, con enfermos, con personas pobres... "Esas son las imágenes que querríamos ver y servirían de contrapeso al aire apolillado que, a pesar de los esfuerzos de Letizia, sigue teniendo la Zarzuela. Que Leonor lleve la ropa de su madre no hace más que agrandar la brecha que la separa de las chicas de su edad. ¡Por Dios, que tiene 17 años y no 50! No es la primera vez que la cronista catalana advierte a Zarzuela que vestir así a la princesa la aleja de la modernidad.
Eyre ya publicó que "Leonor debe pasar de niña a mujer, sin complejos, dejar atrás los vestiditos infantiles que aplastan el pecho incipiente, olvidar los mohines pueriles para moverse, actuar y sonreír con la naturalidad de todas las chicas jóvenes. Es una etapa difícil pero en el caso de Leonor está durando demasiado". Leonor ya es una mujer, más de 17 años no es poca cosa. Y hay que adaptarla a la realidad. Leonor es guapa e inteligente. Falta que parezca lo que es, una mujer de 2023.