Por estas fiestas no podrá ser, pero si posponen los regalos de Navidad para el mes de marzo, sepan que el 23 de ese mes tienen una cita con su librería de cabecera, porque aquel día saldrá a la venta el nuevo libro imprescindible de la gran Pilar Eyre, Cuando éramos ayer.
Y hablando del ayer y del hoy, es curioso ver y comprobar cómo han cambiado las cosas en palacio, cómo, especialmente la reina Letizia, ya no es la que era y cómo en Zarzuela se respiran aires nuevos, según la mejor cronista azul del país. Su último artículo en la revista Lecturas lleva el explícito título de 'Las razones por las que la reina Letizia vive su mejor momento'.
Y la periodista y escritora catalana las expone punto por punto. Dice que los monarcas están pasando por su mejor momento sentimental desde que se conocieron. Tanto, que Letizia ya no es aquella "mujer nerviosa, siempre crispada, que había llegado a suplicar a un amigo que le preguntaba en una recepción si necesitaba algo: 'Sí, un platillo volante para huir de todos estos'”.
Letizia y Juan Carlos / GTRES
Con papi (y suegro) Juancar fuera de juego y a miles de kilómetros, con las infantas desubicadas, con Sofía que no se le ve el pelo, Felipe y sobre todo Letizia, se han quitado un peso de encima. Especialmente por no tener al suegro cerca o sentado en la mesa en las comidas navideñas.
Aunque él querría volver a casa a comer chuletones con los amigos de Sanxenxo, cosa que no pasará: "Claro que le duele ser olvidado, un sentimiento que su camarilla explota contándole que todos los españoles están deseando su regreso. Pero no es cierto, empezando por su hijo. ¿Alguien se imagina a los reporteros de ‘Sálvame’ persiguiéndolo por la calle: 'Juan Carlos, ¿sigue llevando el Rolex que le regaló Bárbara?, ¿se va a divorciar de Sofía?'".
Letizia / @CasaReal
Letizia también está satisfecha porque la decisión de enviar a su hija al internado de Gales no ha generado ninguna catástrofe para la institución. No se sabe nada de la niña ni salen nunca fotos de ella allí.
Y de su hermana, tampoco se sabe demasiado últimamente: "Ya ni siquiera se molestan en hacer el paripé al lado de su abuela en alguna función teatral, como cuando eran más niñas y más manejables. Tampoco es necesario, ya que Letizia no está obligada a rendir pleitesía a nadie porque sabe que la opinión pública está virando a su favor".
Letizia y Felipe / GTRES
Letizia aparece últimamente como una figura, en medio "de este vodevil, austera, leal, digna de confianza". Es cierto que a pesar de que Felipe ya no "está encoñado" como antes decían sus amigos, "ha aprendido a disculpar sus fallos (impuntual, impertinente, sabihonda, caprichosa) y a valorar sus virtudes (responsable, trabajadora, aguda, curiosa, divertida)".
Explica Eyre que de su parte, la asturiana "disfruta de los piropos y la admiración que suele despertar su físico y le encanta arreglarse. Pero al mismo tiempo es honrada, inflexible con las faltas ajenas, odia la hipocresía y está volcada en la educación de sus hijas".
Letizia y Felipe / GTRES
Lo mejor, sin embargo, del imperdible artículo de Eyre, viene casi al final de la pieza, cuando recuerda las cinco palabras con las que la reina acaba sus discusiones con su marido. Una frase sorprendente que llama la atención, pero menos sabiendo el fuerte carácter de Letizia y la confianza que año tras año ha ido cogiendo en Zarzuela, donde ahora no hay nadie que le tosa.
¿Qué le dice siempre Letizia a Felipe cuando da por finiquitada una conversación donde ponen encima de la mesa sus diferencias de criterio? Escribe Eyre: "'Macho, es lo que hay', le dice a su marido para terminar cualquier discusión. Pues eso". Sensacional. Como diría Eyre: pues eso.