Cuando el mundo esperaba que el príncipe Harry heredara los gustos más refinados de la realeza británica, Meghan Markle se encargó de derrumbar ese mito en cuestión de segundos. En el marco del estreno de la segunda temporada de With Love, Meghan, la serie culinaria de la duquesa en Netflix, la duquesa de Sussex dejó a más de un invitado con la boca abierta al exponer una de las aversiones más inesperadas de su marido: la langosta.

Sí, el marisco considerado un lujo en cualquier mesa es, para el hijo menor del rey Carlos III, un verdadero suplicio. Meghan, con su ya conocida naturalidad, lo reveló durante un episodio en el que participó el famoso chef José Andrés. “¿Sabes a quién no le gusta la langosta? A mi marido”, comentó entre risas. La reacción del chef no se hizo esperar: “¿Y te casaste con él de todas formas?”, dijo en un tono de broma, comentario que se volvió viral en pocas horas.

Harry y la prohibición secreta de la realeza con el marisco

Aunque muchos se preguntan si esta manía es un simple capricho personal, lo cierto es que la Familia Real británica mantiene una norma tácita que restringe el consumo de mariscos, especialmente cuando se está de viaje oficial. El riesgo de intoxicaciones alimentarias ha llevado a los Windsor a evitar estos manjares en banquetes públicos. Así lo explicó Grant Harrold, exmayordomo del rey Carlos III, quien confirmó que la regla existe y que Harry no ha hecho más que llevarla al extremo: no solo se abstiene por protocolo, simplemente no le gustan los mariscos.

En contraposición, lo que realmente enciende el paladar del príncipe es algo mucho más simple: el plátano. Darren McGrady, exchef de la princesa Diana, reveló que tanto Guillermo como Harry crecieron disfrutando postres a base de esta fruta, desde flanes hasta helados. Y Meghan, siempre dispuesta a complacer a su marido, llegó a hornear pan de plátano durante un viaje oficial a Australia en 2018, gesto que confirmó el dulce apego del príncipe por este alimento tan popular.

Meghan Markle y las revelaciones íntimas de su serie

Ahora bien, la serie de Netflix no solo ha servido para exponer lo que sucede en la cocina de los Sussex, sino también para poner sobre la mesa cuestiones de identidad y pertenencias. Meghan, en un episodio anterior, corrigió a su amiga y actriz Mindy Kaling cuando esta la llamó por su apellido de soltera. “Es muy gracioso que sigan llamando diciendo 'Meghan Markle'. Sabes, ahora soy Sussex”, puntualizó con firmeza, explicando que, tras el nacimiento de sus hijos, el apellido compartido adquirió un valor emocional incalculable.

Esa declaración fue vista como mucho más que un detalle protocolario: un mensaje contundente al público de que la duquesa quiere dejar atrás su imagen de celebridad para consolidarse como miembro en pleno derecho de su nueva familia. Y aunque las tensiones con la Corona británica no han cesado, Meghan insiste en proyectar la idea de unión y fortaleza familiar, reforzando la narrativa de que todo lo que hace —incluso en la cocina— es en nombre de los Sussex.