El rey emérito Juan Carlos I se encuentra en el centro de un posible acuerdo millonario. La plataforma Netflix ha mostrado interés en su vida. Quieren llevar su historia a la pantalla, con una serie similar a The Crown. La propuesta contempla seis capítulos o más, recorriendo su reinado entre 1975 y 2014. Los capítulos cpondrín sobre la mesa mcuhos episodios polémicos de su trayectoria.

Entre los asuntos más delicados figura la donación saudí de 100 millones de dólares. También la regularización fiscal que obligó al emérito a pagar 678.393 euros en 2020. Un año después devolvió préstamos por 4,39 millones. Netflix estaría dispuesta a pagar hasta 20 millones de euros. Una cifra tentadora para Juan Carlos, que siempre ha perdido el norte con el dinero.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

Juan Carlos I pone en jaque al rey Felipe VI

En Zarzuela, la noticia ha generado atención inmediata. Felipe VI ha advertido a su padre que, si se firma el acuerdo, no podrá volver a España. Esto bloquea uno de los mayores deseos de Juan Carlos: regresar a su país. Sin embargo, el emérito no está dispuesto a ceder. Y avisa: solo dará marcha atrás si se cumple una exigencia. En realidad son dos.

La primera es adquirir una casa en Cascáis, Portugal. El emérito pretende quedarse a vivir allí mientras Felipe no le permita volver a España y quiere hacerlo en una casa propia. La segunda es obtener otra vivienda en Sanxenxo. Hasta ahora, siempre que va se hospeda en la residencia de su amigo Pedro Campos, pero desea un espacio propio donde poder vivir con libertad, invitar a amigos y no depender de terceros.

juan carlos sanxenxo EFE
Juan Carlos en Sanxenxo EFE

Aceptar las condiciones de Juan Carlos I pueden presentar un precedente peligroso para la corona

Juan Carlos convierte la negociación en un intercambio estratégico: derechos televisivos a cambio de propiedades inmobiliarias. La prioridad es su seguridad y comodidad antes que exposición mediática. No se trata solo de dinero. Se trata de espacios propios, privacidad y autonomía. Quiere decidir cómo vivir, a quién invitar y cuándo aparecer públicamente.

De momento Felipe no ha cedido. Tampoco ha dado respuesta. Sabe que perder este pulso ceder a los intereses de su padre puede sentar un precedente peligroso para lo que está por venir. Juan Carlos sigue obsesionado con volver a España. Y si el rey cede al chantaje, muy pronto podría llegar otra amenaza con la que pueda salirse con la suya y conseguir su regreso permanente. Algo que puede ser muy perjudicial para la imagen de la monarquía.