La vida laboral de Miguel Urdangarin atraviesa un momento complicado. El hijo de la infanta Cristina no consigue consolidar un camino profesional estable. A pesar de su formación académica y de sus oportunidades, los rechazos se acumulan y su futuro laboral genera preocupación.
Miguel estudió Ciencias del Mar en la Universidad de Southampton, en el National Oceanography Centre (NOCS), una institución de referencia en Europa. Tras graduarse en Biología Marina, realizó unas prácticas como becario en una empresa del sector. Sin embargo, su paso por la compañía fue breve y no se concretó un contrato fijo. Fue despedido al terminar su periodo de prueba, una situación que se ha repetido en varias ocasiones.
Miguel Urdangarin no encuentra el rumbo
El joven ha intentado emprender, pero tampoco ha tenido éxito en sus proyectos personales. Pasó un tiempo en Suiza preparando una iniciativa profesional, que finalmente no salió adelante. Su experiencia laboral, aunque vinculada a proyectos ambientales y reciclaje, ha sido temporal y limitada, lo que dificulta su inserción en el mercado laboral español.
En 2024, el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin inició un trabajo con una empresa especializada en reciclaje y economía circular, donde se desempeñó como técnico ambiental. Según fuentes cercanas a ‘Elcierredigital’, participaba en proyectos de revalorización de materiales y reducción de la huella ecológica. Sin embargo, tampoco se mantuvo en esta posición durante mucho tiempo. La estabilidad laboral sigue siendo un reto pendiente.
El apellido Urdangarin es un lastre demasiado pesado
Algunas fuentes aseguran que las empresas españolas se muestran reticentes a contratarlo. Algunos atribuyen la dificultad al apellido Urdangarin, marcado por los escándalos de su padre. Otros destacan que Miguel aún no ha logrado demostrar independencia profesional ni un historial laboral sólido. La combinación de su nombre y falta de experiencia consolidada parece pesar más que sus estudios o capacidades.
A sus 23 años, Miguel también intentó seguir los pasos de su hermana Irene Urdangarin, tomando un tiempo sabático para replantear su futuro. Lo hizo el año pasado. Durante varios meses se instaló Madrid, viviendo temporalmente en el palacio de la Zarzuela con la reina Sofía, aunque con la oposición de los reyes. Y no fue capaz de encontrar un rumbo concreto.
Mientras su vida laboral enfrenta dificultades, Miguel sí ha encontrado cierto consuelo en lo personal. Durante su estancia en Madrid, retomó contacto con viejos conocidos, y surgieron nuevas relaciones afectivas que le han ayudado a mantener el ánimo.
Aun así, la realidad es que Miguel Urdangarin ha sido rechazado en cuatro procesos de selección en España en menos de un año. Su trayectoria demuestra que el apellido no garantiza oportunidades, y que incluso con formación universitaria de prestigio, el acceso al mundo laboral puede ser complicado.