En Zarzuela se respira inquietud. No por un escándalo presente, sino por lo que está por venir. Las esperadas memorias de Juan Carlos I, escritas por Laurence Debray, aún no han visto la luz y ya se han convertido en una amenaza para la imagen de la Corona. Entre sus páginas, hay un apartado que, según fuentes cercanas, podría golpear de lleno a la reina Letizia y, de rebote, al rey Felipe VI.
El motivo no es un ataque frontal ni una acusación política. Es algo más sutil, pero no menos incómodo: referencias a detalles privados de Letizia que rompen con la narrativa oficial que se ha construido en torno a su figura. El emérito habría mencionado, sin dramatizar, el consumo ocasional de alcohol y tabaco por parte de su nuera. Un detalle menor para muchos, pero explosivo para la maquinaria de comunicación de Palacio.

La biografía de Juan Carlos I es una amenaza directa a Felipe y Letizia
No solo eso. Algunos episodios en los que menciona a los reyes queda clara la crisis que atraviesan desde hace años. Concretamente, cuando habla de los cambios que ha habido en Zarzuela a lo largo de los años y, sobre todo, desde que Felipe y Letizia son reyes.
Dentro del núcleo duro de la Casa Real, la consigna es clara: esos capítulos deben desaparecer. Los consideran innecesarios, inoportunos y dañinos para una institución que ya desde hace tiempo atraviesa un momento de aceptación social delicado. No discuten la veracidad de lo escrito, pero insisten en que la imagen del rey y de Letizia como reina ejemplar, saludable y sin mácula no debe ser cuestionada, y menos ahora que la princesa Leonor empieza a asumir responsabilidades públicas.

El rey emérito Juan Carlos I se mantiene firme
Juan Carlos, en cambio, defiende su derecho a ofrecer una biografía completa, con luces y sombras. No lo ve como un ajuste de cuentas, sino como un retrato honesto de su vida y de su entorno. Para él, retirar ese pasaje sería falsear la historia. Además, dejar mal a su hijo y a su nuera no le permitiría blanquear su imagen lo suficiente. Y en este pulso, Debray se encuentra en medio, recibiendo presiones de ambos lados mientras intenta mantener su fidelidad al monarca y su compromiso editorial.
No es la primera vez que este libro incomoda. Ya se sabe que en sus páginas se relata la marcha del emérito al extranjero, dejando una carta a Felipe VI, y cómo eligió Abu Dabi por motivos de seguridad y salud. También narra su sensación de abandono familiar durante los últimos años. Sin embargo, lo que ahora preocupa no es el pasado del rey, sino lo que podría revelarse sobre la pareja que hoy ocupa el trono.
La cuestión es simple: cualquier mancha en la imagen de Letizia afecta indirectamente a Felipe VI. El retrato de una reina humana, con costumbres mundanas, podría parecer banal, pero en la política de la imagen, cada detalle cuenta.