La princesa Leonor ha cerrado su segundo año de formación militar. Ha sido un período duro. Meses de disciplina estricta. Medio año navegando en el Juan Sebastián Elcano y en la fragata Blas de Lezo. Medio año sin tocar su casa. Sin intimidad.
Cuando el barco atracaba, respiraba. Pequeñas pausas en puertos de Sudamérica. Breves, pero necesarias. Al volver, la tensión no desapareció. La heredera, ya mayor de edad, ha sumado más responsabilidades reales.
La princesa Leonor lo está dando todo este verano
En julio, fue protagonista en la recepción de Marivent. También habló sola en actos oficiales como los Premios Princesa de Girona. Su imagen está en alza.
Es la primera vez en varios años que Leonor ha tenido casi dos meses de vacaciones. A diferencia de la Academia Militar de Zaragoza o la Escuela Naval de Marín, donde fue convocada a mediados de agosto, en la Academia General del Aire no tiene que aparecer hasta el 1 de septiembre. Y está aprovechando el tiempo al máximo.
Los primeros días en Mallorca despertaron rumores. El rey Felipe ya estaba en la isla, pero sus hijas no. Algunas voces hablan de descanso en Son Vent. Otras, de una escapada a Ibiza.
En la isla blanca, las noches fueron intensas. Locales de ocio, playas, y algo más. Según empleados cercanos a Zarzuela, Leonor se habría pasado con las copas. Incluso se habla de que terminó muy perjudicada.
Puede que las versiones estén infladas. Pero no es la primera vez que suena la misma historia. La princesa sabe que un desliz puede marcar su imagen para siempre. Aun así, cuando la euforia sube, alterna el alcohol con bebidas energéticas.
La princesa Leonor, demasiadas veces relacionada con el alcohol
Después de Mallorca, vinieron días en solitario. Vacaciones con amigos. Cuentan que alquiló un yate. Allí, sin vigilancia, Leonor hace y deshace a su antojo. Fiestas privadas. Música alta. Botellas caras.
La reina Letizia, abstemia declarada, está preocupada. No solo por la salud de su hija, sino por las fotografías que puedan filtrarse. Un escándalo así sería un golpe a la imagen de la Corona.
No sería la primera vez que la ven con alcohol. Este año, en Chile, fue fotografiada con una enorme jarra de cerveza en un pub. En Zaragoza, durante su paso por la academia, tampoco se escondía cuando salía con compañeros a la zona universitaria.
Las advertencias han llegado. Desde la Casa Real se le recuerda que cualquier paso en falso puede ser portada. Pero Leonor quiere vivir su juventud. Quiere salir, reír, bailar. Aunque el precio sea arriesgar su reputación.